Art Morras narra la historia de Andrea y Yoalli: “morras que estudian arte en el tercer mundo por voluntad propia” (Peña, 9 marzo 2020). Por medio de la ironía, la autora presenta las contradicciones y problemáticas que persisten en las instituciones educativas enfocadas a la enseñanza del arte y las estructuras de poder presentes en la escena artística tales como la dimensión política de los espacios de exposición, el valor económico de las obras de arte, los intercambios y favoritismos entre los miembros de una elite que determina quién recibe recursos desde los simbólicos (como el reconocimiento) hasta los materiales (como las becas y financiamientos) así como las relaciones entre los maestros y alumnos. Sin embargo, uno de los rasgos que distingue Art Morras es la crítica que realiza sobre el sistema de arte y los procesos que influyen en la construcción de una narrativa orientada a la escritura y comprensión de la Historia del arte.
TXT: Carolina González Alvarado
Art Morras reflexiona sobre el propio concepto de artista y la diferencia, histórica y sistemática, de una artista-mujer. Asimismo, discute sobre la articulación de la feminidad, cuestionando incluso los mecanismos que han influido en la creación del propio concepto de lo femenino. Un concepto es una construcción abstracta para un objeto material o metafísico (inmaterial). El concepto nos permite entonces establecer una asociación entre un objeto y su significado. El concepto nos permite nombrar la realidad y con ello, aprehenderla. Si bien el objeto y el concepto tendrán entonces una relación recíproca, el significado de éste tendrá una historia y también podrá transformarse, evolucionar. En este contexto, el arte tiene la capacidad de resignificar los conceptos de modo que aquellos que asimilamos de manera preestablecida, el arte puedo transformarlos.
En Art Morras el concepto de artista-mujer es reconfigurado y cuestionado. A través de las vivencias de Andrea y Yoalli, esa realidad cercana y conocida, es reconfigurada por el dibujo y la creación de Ihuri. Es desde arte mismo y la representación ficcional que se muestra la compleja posición que las artistas ocupan en la historia cultural y en la realidad circundante.
De tal forma que la artista profundiza en su propia existencia, reconfigurando incluso vivencias autobiográficas, para conceptualizarlas en su obra y con ello, apelar al lector a través de una narrativa genuina.
Art Morras nos permite reinterpretar el concepto de arte y artista para cuestionarlo por medio de una composición plástica, estética y narrativa, y colocar la atención en la naturaleza misma del quehacer artístico y los factores que influyen en él. En este sentido, este cómic realiza una reflexión en torno a la figura de las mujeres y la práctica constante que atiende a definirlas como artistas en virtud de su género, por abordar temas llamados femeninos, por detalles biográficos, como si estos hechos determinaran por completo su obra, o relegadas a un papel secundario o meramente auxiliar (como la “esposa o pareja de…”).
Tal como mencionan Roszsilka Parker y Griselda Pollock: “El estereotipo femenino se crea para que cualquier mujer artista o sus obras funjan como lo otro, una barrera negativa contra la cual lo masculino, que se valora sin necesidad de nombrarlo explícitamente, puede presentarse de forma neutra como arte y artista. Y así, el mito del grandioso genio masculino o del gran genio sufriente se perpetúa por medio de la invención de su contrapartida estructural en las reiteradas afirmaciones sobre unas pocas mujeres artistas”.
Mujeres artistas que son mencionadas de manera prudente y correcta en una narrativa oficialista (institucional y avalada por especialistas condicionados también por un marco de enunciación concreto) o bien, caracterizadas por su carácter sentimental y, con frecuencia, dramático, en las biografías de aquellos grandes maestros.
En este contexto, Art Morras cuestiona los factores que han influido en la creación del discurso de la Historia de arte y con ello, sobre concepto mismo de artista-mujer; presentado al espectador no una narrativa banal que atiende a las demandas de entretenimiento visual, sino a los modos de conceptualización del arte y el exceso de discursos entorno a la figura del artista. Es así como Art Morras muestra que la participación de las mujeres en las diversas manifestaciones de arte se relacionará también con factores históricos concretos, con el desigual desarrollo de centros de producción y educación seculares, su inclusión profesional en distintos gremios, su participación económica en distintos estratos, así como un desarrollo largo e irregular el ámbito artístico.
Art Morras visibiliza y problematiza estos mecanismos y en este sentido es también autorreflexiva, tal como se observa en el fanzine Art Morros “un fan fic gender blender que de qué pasaría si Andrea y Yohalli fueran artistas vatos cis hetero” (Peña, mayo 21, Instagram). El cómic juega precisamente con los roles de género y la posición de privilegio o las prerrogativas que poseen los personajes en tanto su quehacer artístico está determinado por su género.
Iuhri Peña hace un constante análisis de la realidad, visible e invisible, y la recrea a través del lenguaje del cómic. En este sentido, a través de la ficción, Ihuri replantea la realidad para incidir en el concepto de artista y su significado, expandiéndolo hacia los aspectos que inciden en la creación de mecanismos y sistemas que determinan aún el concepto de arte.
A través de la imaginación y la creatividad, la autora realiza un ejercicio de rebeldía que reinterpreta la realidad como un acto de protesta. La realidad que expone Art Morras es un replanteamiento nuevo que, desde la creación artística misma, le otorga una dimensión tangible a las ideas generalizadoras y los sistemas de valoración condicionados por la tradición, el género y la ideología que influyen tanto en la escena artística como en la articulación de un discurso histórico entorno al arte.
Art Morras de Iuhri Peña comenzó a publicarse, significativamente el 9 de marzo de 2020 en la cuenta de Instagram Vacaciones de trabajo, con una periodicidad quincenal. Actualmente, este cómic cuenta con una edición impresa en risografía publicada por SARA (Sociedad Anónima de Reproducción Autogestiva) en coedición con Beibi Creisi, Gato negro ediciones y Miau ediciones.
