Existe una estirpe de talante sofisticado, poseedora de un cancionero escrito a pulso, en estricta cursiva. Ahí es posible incluir nombres como los de Jarvis Cocker, Nick Lowe, Richard Hawley o Randy Newman. Caballeros que se desangran en casa a solas, más o menos sobrios, sin manchar los muebles. Dicho esto sería hora de poner manos a la obra e ir abriéndole espacio en la sala a un nuevo miembro de esta cofradía de crooners azotados (y sinvergüenza): Hamish Hawk.
La distinción de Hamish Hawk le viene de cuna. Ese genio y figura, que le llaman. El hombre nació en Edimburgo, y aunque suele mostrarse con el rostro duro, en realidad es puro corazón, su temario defiende lo dicho. El rubio lleva rato robusteciendo un catálogo de canciones pleno de elogios por parte la crítica inglesa y cuyo radio de infección se prolonga con cada paso discográfico que se concreta. Subrayar algo: en tal andar, el músico ha ido madurando, según él mismo considera. A firmer hand, es el título de su más reciente álbum, y de éste hasta ahora se han desgajado dos tracks: “Big cat tattoos” y “Nancy dearest”. Mira y escucha el que primero se cita:
Antes de ir con “Nancy dearest”, sería bueno darle la voz al propio Hamish. Que cuente los móviles que lo llevaron a concretar A firmer hand (disponible a partir del 16 de agosto vía So Recordings), luego de que protagonizara una gira al lado del también genial Villagers y antes de que recientemente se anunciase que Elbow también le recibirá en escena. “Lo que une a todas las canciones es un sentimiento de lo no dicho, ya sea por culpa, vergüenza, represión, pudor, timidez… lo que sea. Me di cuenta: Voy a decir estas cosas, y no todas me van a hacer quedar bien. El álbum me exigía tanto que me entregué. Luego pensé: No puedo ocultar nada, no puedo limpiarlo todo. Me sentí incómodo y así es exactamente como debía sentirme. Una posición muy fuerte”.
Respecto al perfil lírico de “Nancy dearest”, el escocés es claro: “Se define por la ausencia de una persona. Por un lado, es una canción amargamente desafiante, un viaje de ego, un vuelo narcisista de fantasía; por el otro, es una composición sobre la soledad, el aislamiento y la pérdida final”. El artista es congruente y, en efecto, va hasta las últimas consecuencias al contar que el single, para quien pueda notarlo, significa asomarse a un pozo vacío. Allá vamos, pues, a deshacernos de las culpas con los oídos de par en par. Cántanos Hamish, que habemos muchos a quienes nos falta valor.
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