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Eels más allá del dolor y a corazón abierto

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Eels más allá del dolor y a corazón abierto

Recibimos al decimoquinto álbum de la banda mutante que encabeza Mark Oliver Everett con una fotografía que circula en redes sociales que exhibe una herida larga que recorre su pecho, pues fue sometido a una operación a corazón abierto; en esta ocasión el dolor fue físico e Eels está de vuelta de una afectación cardiaca y pertrechado tras 12 canciones escritas -curiosamente- antes del percance.

TXT:: Juan Carlos Hidalgo

Eels es un tipo con una biografía propia de la ficción y que incluye no tener contacto físico con su padre hasta el momento de tener que vestir su cadáver; vivián juntos, pero no se tocaban. Años después, una tía iba en uno de los aviones del 11S y lo llamaron para identificar el cuerpo… y la lista es larga.

Si a ello sumamos las rupturas amorosas y la personalidad tímida de E, pues no extraña que su repertorio sea azotado, sufriente y llegador; es por ello que ahora sorprende con una obra menos triste, pero no carente de introspección. ¡Las paradojas de la vida nos recuerdan que E compró casa en el barrio de Los Feliz en Los Ángeles!

Con todo lo que le ha pasado es comprensible que tenga canciones con títulos tan contundentes como “We Won’t See Her Like Again” y “I Can´t Belive Its True”; a lo largo de los años Eels ha ido deshojando un cuaderno de sufrimiento y pesadumbre… algo ha cambiado, pero tampoco es para que esencia desaparezca.

Musicalmente, debemos poner por delante a “Goldy”, un medio tiempo rockero que destaca por su base rítmica sobre la que Mark va cantando con ese ritmo trotón que le conocemos de largo tiempo atrás; un excelente teclado enmarca la catarata letrística: “Ain’t it funny how the only one I need in the world/ Is a goldfish swimming in a bowl”.

¡Que tremendo que todo transcurra ante una pecera en que la que da vueltas un pececillo llamado Goldy! Eels puede recurrir a imágenes tan simples y demoledoras como las de los cuentos de Raymond Carver… poesía pura para excéntricos y extraños hasta de sí mismos.

Es así como podemos seguir con “If I’m Gonna Go Anywhere”, que cuenta con una batería machacona y una extraordinaria cama de teclados dando texturas y al servicio de un cantante extraño volcado en lo suyo: “Love/ what else is there, but love?/ What else is there?”.

Siendo un compositor con tan sobrados recursos y largo recorrido, sorprende que para Eels Time! haya trabajado con Tyson Ritter, líder de The All-American Rejects, para darle forma y encontrar canciones con otras posibilidades melódicas, tal como ocurre con “Sweet Smile”, en la que incluye un xilófono que es marca de la casa -lo viejo y lo nuevo conviviendo-.

Para el final, reserva una especie de broma, no carente de sentido real, pues cierra con “Let’s Be Lucky”, en la que se aprecia un sonido muy a lo Beatle y en la que Mark se apuntala como un sobreviviente… cierto, hay mucho dolor alrededor de la experiencia humana, pero también hay coraje para superarlo.

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Juan Carlos Hidalgo

Juan Carlos Hidalgo

Embajador de Tuzolandia por el mundo. Su novela más reciente es 'Ya no más canciones de amor' (Ed. Gato Blanco). En Marvin, coordina las colecciones 'Rock para leer' y 'Tinta sonora'. Forma parte de la Red de Periodistas Musicales de Iberoamérica (REDPEM). Su libro más reciente se titula 'Una ópera egipcia', poemario a partir de un álbum de Los Planetas.

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