Con la ayuda de un puñado de amigos, Nick Rattigan presentó The phantom of the Highland Parkerbell; ¿un show vía streaming, una película, un concierto? Él mismo se lo preguntaba desde su cuenta de Instagram al tiempo que le daba forma al proyecto. Anoche, finalmente atestiguamos que, aunque de igual modo podría asemejarse a un musical, lo que en realidad Nick, es decir, Current Joys, produjo, fue un suspiro hondo y liberador, con Voyager y sus respectivos diablos como impulsores.
TXT:: Alejandro González Castillo
Rattigan es un tipo talentoso; cantautor, multi intrumentista, periodista y director audiovisual. Y ni hablar de los caminos que llevan a todos estos oficios, de los cuales nacen derroteros de diversa índole. El de Nevada ha demostrado que aquello de que “el que mucho abarca poco aprieta” en su persona no es más que una fútil sentencia y que en la música pop hay casos, muy especiales, donde disciplina y talento chocan puños con tal de beneficiar una propuesta. En este caso una harto sólida. Nick lleva años trabajando con sus aptitudes.
Current Joys vienen de estrenar Voyager, una marea de tonadas que lucen inofensivas mientras remojas tus pies en ellas; aunque habría que cuidarse de la espuma que supura cada acorde, cada frase; dolor y ansia, ímpetu y rabia tejidos por una voz que de lo trémulo y aterciopelado pasa a lo esquizoide. Un actor encimándose personajes, probando disfraces, cuidadoso de no perder de vista el atuendo con el que entró al camerino. Voyager es, ahora se sabe, parte de una obra que en The phantom of the Highland Parkerbell, anoche, alcanzó concreción a nivel escénico.
Acompañado por Noah Kohll (guitarra), Sofia Arreguin (voz y teclados), Henry Dillon (bajo) y Jackson Katz (batería), Rattigan asoleó su talento como intérprete vocal, guitarrista y pianista, sin dejar pasar la oportunidad de mostrarse como actor, en un tinglado que ideó al lado de Gary Canino entre fantasmas, máscaras y cuchillos. A lo largo de la trama, de alrededor de una hora de duración, pasaron lista “Vagabond”, “Shivers”, “Rebbeca”, “Breaking the waves”, “American honey”, “Money making machine”, “The spirit of the curse”, “Amateur”. Un listado atractivo, como para mantener los oídos bien cerca del monitor.
Habrá que estar pendientes de los nuevos movimientos de Current Joys pues su artífice ha alcanzado una nueva estatura tras lo presentado en The phantom of the Highland Parkerbell. Un trabajo para “todos los fantasmas cuyas almas aún no han sido liberadas”. Dedicatoria acertada, habría que señalar. En ocasiones basta con respirar hondo para que los espectros se larguen, de una vez por todas.
