Resultó que en un año absolutamente virtuoso para la música española, Zahara se impuso en medios tan relevantes como Mondo Sonoro con el mejor álbum del 2021 -por encima de fieros competidores-; Puta apareció en incontables listas de lo mejor del año, y por ello será un gusto escucharlo en directo, ya que se han anunciado los conciertos del 21 de abril en el Foro Indie Rocks y el 23 en el Centro Cultural 907 de Guadalajara.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
En este contexto es oportuno regresar a un disco lleno de aristas interesantes y en el que una mujer alza fuerte la voz a nombre de todas las demás y se pronuncia con total valentía y aplomo.
Hay que reconocer que se trata de un desplante lleno de valentía el hecho de titular a un disco con el todavía impactante adjetivo de Puta; con esa trascendente decisión, María Zahara Gordillo Campos -artísticamente sólo Zahara– establece ya un posicionamiento político, que se refuerza y completa con la inclusión de los textos en la versión deluxe de su edición física.
El octavo álbum de la nativa de Úbeda -tierra sabinera- se acompaña de reflexiones tan contundentes, entre las que se lee: “Ahora lloramos a escondidas, cuando la hostia que recibimos no es el cuerpo de Dios”. No podemos sino considerar tan necesarios este tipo de trabajos artísticos que son tan confesionales, como manifiestos de una manera de confrontar al mundo.
Se trata de 11 canciones tan sinceras como combativas y entre las que se encuentran “Merichane”, “Canción de muerte y salvación”, “Médula” y “Taylor” (como es lógico, inspirada en la cantante y actriz da fama global y con una historia de abuso a cuestas).
Ya desde la primera línea de “Flotante” -que abre el disco- las cosas quedan claras: “Me han enseñado muy bien a intentar ser la mejor y muy poco a saber que quiero”. Estamos ante un disco explícitamente femenino y, por supuesto, militante que se atreve a contar lo que tantas otras mujeres no han podido. Quizá temáticamente tenga vínculos con Fetch the Bolt Cutters, el tremendo alegato femenino que editó Fiona Apple en 2020.
Aquí hay electrónica de baile (“berlin U5”), pero luego se puede tornar mucho más experimental y ruidista (“joker”) para cerrar encaminada a la copla y citando a cantaoras de leyenda (“Dolores”).
Con Puta (G.O.Z.Z. Records) Zahara se afirma como una artista atrevida y que cuestiona a profundidad el sistema heteropatriarcal a partir de su propia vida y relaciones tóxicas: “te quedaste a vivir en la cárcel más cercana, la habías construido tú con los restos que quedaban de tu infancia”.
En suma, se trata de un álbum con un sonido muy actual que trata con mucha inteligencia y sensibilidad el tema del machismo y el maltrato psicológico. Muchos han sido los medios que se han rendido ante un trabajo que consideran inapelable y profundo, pero resultó que a Vox -el partido que encarna el pensamiento más bestia de ultraderecha en España- el arte de portada le parece una ofensa a la Virgen.
Zahara se iba a presentar el 3 de septiembre del 2021 en la ciudad de Toledo y para ello se colocaron carteles con la portada del disco que despertaron la cólera de Vox en la pequeña ciudad: señalaron que insultaba a los católicos y no sólo pidieron que los afiches se retiraran, sino que el concierto se suspendiera y presionaron fuerte al ayuntamiento toledano.
Al final, se quitaron los posters en la zona centro de la ciudad, pero quedaron puestos en los barrios y el show siguió en píe. Lo que Vox -en su postura primitiva- no imaginó fue que el escándalo trajo nuevos escuchas a una artista eminentemente indie -¡el morbo siempre vende!-.
Durante el concierto del miércoles 11 de aquel mismo mes en la ciudad de Valencia la artista se dirigió a sus fans para compartirles una respuesta memorable al respecto: “Ojalá hubiese podido decirle a la María Zahara de 12 años que cuando la insultaban, la llamaban puta y nadie quería ser su amiga, que en el futuro, con 37 años, un día todas sus compañeras y compañeros de profesión, toda la gente que admira, todo su público y todas las personas queridas saldrían a defenderla”.
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