#SangreDeMetal

Souquiant: las benditas prácticas de la vieja escuela

/
276,227
souquiant-chihuahua-texas-black-death-thrash-metal
Ambulante 2024

Souquiant. En la novela El rostro verde, del austriaco Gustav Meyrink, un souquiant es un hombre que puede cambiar de piel y vive eternamente, un espíritu que puede hechizar cualquier cosa. En el mundo del metal es una banda con origen repartido entre Ciudad Juárez, Chihuahua; y El Paso, Texas. En ese orden, son Luis Gerardo Lara (Diosdeira, Taskforce, Dark Half) y Carlos Torres (Infernus, Cult of Agony).

La tradición indica que los discos se escuchan sin leer previamente ningún material tipo biografía o comentario y las reseñas se hacen así, en caliente. Pero una vez que se deja girar el disco se vale leer, buscar, referenciar. Así, la carta que acompañaba el EP en formato digipack dice que se trata de un proyecto de blackened death metal. Es parte de la industria musical, las etiquetas se necesitan para categorizar. En su momento servía para que más discos estuvieran visibles en las estanterías. Entonces, ¿esa definición define el sonido de Souquiant? Sí y no. 

Por una parte, define perfectamente el sonido del disco. Suena a una combinación casi 50-50 de ambos géneros, un riffeo que tiende a lo que se hace en ciertos círculos blackers modernos, pero también suena a death técnico. Sin embargo por momentos tiene detalles thrash. Es como el hijo de un matrimonio entre black y death cuyo tío favorito es el thrash, si se permite la imagen. Pero más allá de categorías, lo más importante es lo bien hecho que está. Fluye. Parece cualquier cosa pero un hijo lleva genes de ambos padres, hay quienes le ven más parecido a la mamá y otros lo ven como el papá, pero tiene su propia identidad, Así es Souquiant. Una vez que concluyen los poco más de 16 minutos de música la única razón por la cual uno querría lanzar una maldición es porque no dura más.

Es una banda que logra un sonido moderno pero enraizado en las prácticas (benditas prácticas) de la llamada “vieja escuela”. No se encuentra en plataformas digitales, el disco físico se halla por el momento sólo en CD pero hay planes de que salga en vinil y casete. La investigación previa a la reseña indica que la batería fue grabada por alguien de nombre Ali, y su trabajo es sobresaliente. Se trata de un disco hecho con la idea primigenia del arte, expresar las inquietudas del artista, no como una manera de llenarle el vaso a un público.

Es metal extremo bien trabajado, bien grabado y mezclado que no debe tener problema en poner una sonrisa cómplice en aquellos que gustan de la mezcla de extremo con melodía y giros sutiles que rompen (y complican) la estructura simplista de las categorías. Y si las palabras suenan rebuscadas, permítame ponerlo en términos más coloquiales: ¡está poca madre! La pecata minuta es que si se escucha el disco sin leer nada previo resulta que el orden de las canciones que está impreso en la contraportada está mal. En orden son “Black is the light”, “Embraced by fire”, “Archeus volcano” y “Parabellum”. Esta última está listada como número dos. ¡Altamente recomendable!

Relacionadas

Auditorio BB