El dúo argentino se desmarca de la herencia electropop argentina y construye su propia historia, una que a la fecha abarca diez años con cuatro álbumes y un quinto próximo a salir en el verano de este año. Coincidimos pantalla a pantalla con Lucio Consolo, quien nos platica sobre la más reciente gira protagonizada por el combo donde milita y la filosofía detrás de esa, una quimera sintética llamada Peces Raros.
¿Cómo fue su experiencia en el pasado Vive Latino?
Era un momento que estábamos esperando mucho. Es un festival muy groso con una historia muy importante. Sabíamos lo que significa estar ahí, por eso trajimos un equipo muy grande, para poder dar el mejor show posible. Fue algo que preparamos con mucho cuidado y creo que este trabajo se vio reflejado con la reacción tan increíble de la gente. Nos sentimos en casa, literalmente.
Vienen de un gran momento, hicieron dos fechas en el Estadio de Obras, un lugar emblemático para el rock argentino.
Sí, tuvimos la suerte de hacer dos fechas ahí, los dos shows estuvieron agotados. Sin duda, eso marcó un antes y un después para nosotros, lo que nos ha llevado a anunciar nuestro primer Luna Park, también un lugar emblemático. El viento está soplando a nuestro favor y lo queremos aprovechar al máximo.
Cuando se empieza a conseguir este tipo de logros siempre surge la pregunta de cómo mantener el éxito para de ahí buscar superarse.
Nosotros siempre estamos pensando en la música, y sobre todo queremos transmitir la mejor experiencia al público. Si tu éxito te permite llegar a lugares más grandes, el reto es generar un show que cubra las expectativas de la magnitud del evento. Ese tipo de situaciones es la que nos mantiene ilusionados con nuestra carrera.
Argentina tiene un talento increíble para combinar electrónica y pop, desde Los Encargados con Daniel Melero en los años 80, obviamente Cerati en los 90, y de ahí a Entre Ríos, Matilda, Farmacia y los exitosísimos Miranda!
Yo te puedo hablar desde nuestro lugar: tenemos unos orígenes bastante alejados de la electrónica, más cercanos al rock nacional e internacional, mucho jazz y tango también. Hasta te puedo mencionar música de cámara, porque contamos con una formación musical académica. Con la electrónica descubrimos que podíamos romper con un montón de esquemas y paradigmas para de ahí encontrar una rebeldía que desconocíamos. También es cierto que existe en Argentina una tradición musical ligada a la electrónica pero, si te soy honesto, nosotros la desconocíamos totalmente, vivimos una especie de adolescencia musical donde nos faltó vivir esa experiencia.
Hablas de una rebeldía a partir de la música electrónica.
A mí me parece muy interesante que la electrónica rompa con ciertos esquemas tradicionales de la música. De entrada, el público no tiene que estar cien por cien atento al escenario; eso vino a través de la cultura del DJ. Otro aspecto muy importante es que la electrónica prescinde de un elemento que predomina en la música popular: la melodía. Quitarle la jerarquía a algo que ha predominado por tantos años es muy subversivo. Este tipo de música es una fuente interminable de inspiración y de aspectos que pasan desapercibidos, como el hecho de que sea una música que se escucha con el cuerpo, porque tiene una sensibilidad tribal.
¿Viene nuevo disco pronto?
Sí, las grabaciones van muy avanzadas, el disco está programado para salir en Julio, todavía no podemos anunciar el nombre. Ya lanzamos dos adelantos que son “Desaparecer” y “Óxido”, con los cuales la gente ya se puede dar una idea de lo que está por venir para Peces Raros. Es un disco muy extrovertido, queremos transmitir un sentimiento muy hacia afuera. Por momentos vamos a ser muy electrónicos, pero también quisimos incluir el elemento rock. Y ahora que mencionaste la tradición del pop en la electrónica argentina, este nuevo trabajo va a tener momentos muy poperos. Estamos ilusionados.
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