La excentricidad es ocasiones es un elemento crucial para que surjan obras de arte aparentemente desconcertantes, pero sumamente maravillosas. Y es que con su segundo Lp, Luminosa, Lucas Bolaño, el hombre que traza el vuelo de Estrella Fugaz, ha realizado un trabajo notable tanto por su concepción y armado -es un rompecabezas algo low-fi-, como por las fuentes que alimentan sus letras, con la saga de Star Trek, por poner un ejemplo.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
No hace falta rozar la perfección, porque el underground no lo necesita cuando se convierte en una gran fiesta multicolor y Luminosa es un estallido de pop freak de parte de quien también es guitarrista del proyecto La estrella de David.
España nos entrega un disco que abraza al mundo entero y lograr ir del universo trekkie en “Uhura y Sulu en una nave de blancos” para luego pitorrearse del mundo en “Yo no soy colombiano”, que bien que nos hace pensar en El guincho cuando empezaba… haciendo una especie de cumbia mutante que comienza con algunos sonidos japoneses.
Y es que Luminosa (Sonido Muchacho) está lleno de un sentido del humor entre canalla y delirante que aflora en canciones como “Una DDH y el Electropura”, a la que atribuyen una base de kraut-pop que sirve a un recitado parsimonioso, y “El altillo de tus padres”, que es una especie de crónica tardía de la adolescencia.
En Estrella Fugaz podemos encontrar elementos que nos remiten a Delafé y las Flores Azules -tremenda influencia en el fraseo lento y candoroso- y del espíritu transgresor de Joe Crepúsculo a lo largo del todo el disco. Es por ello que con mucho tino, Marcos Gendre apunta acerca de Estrella Fugaz que se trata de: “un ser chipiritifláutico de mentalidad pop de infinitos tentáculos”.
A la postre Lucas Bolaño no está solo en Estrella Fugaz, pues lo acompañan Ricardo Ramos y Betacam (alter ego de Javier Carrasco); juntos pueden citar a Vainica Doble o ponerse en onda de un dub afrancesado en “Las plantas”.
Luminosa es un laberinto de neón en el que uno disfruta perderse mientras suenan canciones como “La pastilla” (que nos remite hasta Algora). Es toda una orgía para quienes amamos al indie español y todo lo que suena en los bajos fondos… posee tan grandes atributos que Sonido Muchacho -su disquera- afirma que: “por su parte “No soy colombiano”, ejercicio confesional de carácter autobiográfico, es al pop independiente de nuestro tiempo lo que “Kyoto Song” pudo representar para The Cure allá por los años 80”.
¡Vaya manera de empujar a un álbum y lanzar un anzuelo para que los escuchemos! ¡No se lo pierdan por nada!
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