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Viga de Equilibrio de Daniel Téllez por Hugo Plascencia

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Viga de Equilibrio de Daniel Téllez por  Hugo Plascencia
Ambulante 2024

Hablar de la poesía de Daniel Telléz es un acto laberíntico, pero aún es más complejo, no hablar del eco trascendental que ha tenido su obra a lo largo de dos décadas y media, como parte del panorama de la poesía mexicana contemporánea.

TXT: Hugo Plascencia

Autores como Alejandro Higashi y Alejandro Palma, lo han tachado de poeta “dificultista”, y no es para menos, ya que este adjetivo lo ha conquistado a pulso, a lo largo y ancho de esta viga-vida que mide 5 lustros de largo por 8 libros de ancho,

bajo los títulos: El aire oscuro, Asidero, Contrallaveo, Cielo del perezoso, A tiro de piedras, Punto de fuga, Arena Mestiza, y algunos Poemas no coleccionados.

Desde su primer volúmen “El aire oscuro” (con el cual en el 2001, a unos trescientos inocuos mancebos, nos ganó el Premio de Poesía Joven Elías Nandino), Téllez ya se perfilaba como un poeta dual y críptico, que iba a concatenar lo rudo de los técnicos y lo técnico de los rudos tanto en los tópicos como en el lenguaje, sin dar concesiones ni ser condescendiente en el llaveo con sus lectores, en contraposición a otros poetas también experimentales como el propio Gerardo Deniz.

Por lo que la compleja polifonía en la obra de Téllez, en parte recae en ser cúmulo y pararrayos, que ioniza la tradición lírica crítica, con evidentes influencias estridentistas, con un alto grado lingüístico y sintáctico de lo “neobarroco” (término acuñado certeramente por Jorge Mendoza Romero), aunado al palimpsesto de elementos modernos, y de la cultura popular mexicana, yuxtapuestos por una babel de sentidos, y símbolos personificados en una escritura camaleónica.

El trabajo del autor, es una bestia montada al acecho sobre una Viga de equilibrio. Péndulo de una balanza anacrónica, que oscila en el hilo invisible del tiempo, entre el cerco del pasado y el futuro, como una puesta en abismo, donde el vacío visto desde arriba es espejo transversal y en contrapicado, a contrapelo de su propia escritura. “ Ruda bestia es también el lenguaje, ciego animal la herida” dice Roxana Elvdrige-Thomas a propósito del Aire Oscuro. 

Por lo tanto, Viga de equilibrio (publicada en 2021 por Ediciones Del Lirio), es una antología diacrónica, plena de “códigos y enigmas lexicográficos” como diría Alberto Blanco; juego de oposiciones, antítesis y oximorones como parte de una dicotomía semántica. Donde la dualidad intertextual e hipertextual, el eclecticismo temático, el “cuerpo” sacrificado y consagrado dentro y fuera del ring, aunado a la sinestesia de lo no dicho como parte de un juego de revelaciones intuitivas entre el autor y el lector, son los cuatro puntos cardinales de este cuadrilátero, que al mismo tiempo fundan el universo y el leitmotiv de un corpus mimetizado en el juego de la poesía, al cual en teoría, todos los lectores tenemos acceso, pero que en la praxis, no todos lo podemos descifrar, y es aquí donde se erige el reto.

Por otra parte, Jorge Aguilera López y Armando Oviedo, mencionan que “la obra de Téllez se sostiene en la línea mortal del equilibrio”. De un poeta que avanza con tiento entre lo popular y lo sostenido, entre lo telúrico y lo onírico, entre el estridentismo y el futurismo, entre lo irónico y lo sarcástico, entre lo grecolatino y lo prehispánico, entre lo simbólico y lo gráfico, entre el lenguaje y el cuerpo, entre los neologismos y los “neobarroquismos”, entre lo coloquial y lo culterano, entre el erotismo y el misticismo ascético, donde siempre la sintaxis está al límite del vacío, para resignificar el lenguaje poético, en un nudo contemporáneo y transversal, a manera de contrallaveo. Y donde concatenan poesía y lucha, en ese cuerpo que es transitar de doble destino; parafraseando una vez más a Elvridge-Thomas: “erosionado cuerpo resonante que exige ser contado”, y añado, cantado y sacralizado en los exvotos de Arena Mestiza; vituperado en el poemario Contrallaveo; y erotizado en el tomo Asidero. Un cuerpo que flanea en las diferentes páginas de Punto de fuga, como quien deambula en una urbe, sobre el cordón de las reminiscencias, en verso libre, en el versículo, en la iconografía, la fotografía, la tipografía, y el poema en prosa.

Y en donde si nos aventuramos de manera más surrealista, el solitario y arriesgado lector, puede ser el alter ego de Dulcinea, o el Manco de Lepanto sobre su Rocinante, que pasea por la avenida Reforma de esta Suave patria, entre el dilema de los molinos de la Torre Mayor o el Castillo de Chapultepec, mientras que desde la última viga de la Torre Latinoamericana, un poeta equilibrista con pluma en mano, enmascarado de Sancho Panza, es un arma blanca que nos observa desafiante, para lanzarse de la tercera cuerda, y aniquilarnos verbalmente con el tope suicida de la palabra. 

Marvin 2023 Viga

Título: Viga de Equilibrio (Antología poética 1995-2020)
Editorial: Ediciones Del Lirio
Edición: 2021
Autor: Daniel Téllez

Oscar G. Hernández

Oscar G. Hernández

Hurgando y exhibiendo la médula de la narrativa gráfica, venga de dónde venga, sigue creyendo que lo único que salva a este pinche mundo pandémico es la cultura y el arte; el amor qué. Entre otras cosas, escribe sobre dibujos que hablan y mucho más.

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