El 2021 es el año que vio nacer el séptimo álbum de Zoé, Sonidos de karmática resonancia, un material que más que tratarse de una profunda reflexión pandémica, es un trabajo con el que el combo encuentra su identidad sónica, convirtiéndose en un punto clave de su carrera musical. “Está muy claro que este disco ya suena bastante a lo que somos. Por más cambios que hemos tenido, es un material que suena al nivel de experiencia y libertad que nos hemos querido dar. Es una suma de todos los discos de Zoé”, explica en entrevista Rodrigo Guardiola, baterista del grupo.
Desde su despegue con el clásico Rocanlover, la banda ha buscado evolucionar de forma tal que sus seguidores continúen encontrando lugar en su discografía, mientras que, a su vez, ésta le permita abrirse paso hacia nuevos públicos. El camino ha sido difícil, sin embargo, el efecto que la música de Zoé tiene en sus fans es una experiencia mística y adictiva. Sin importar la etapa con la que te hayas adentrado a su mundo, en cualquiera de sus discos hallas esa canción que mantiene una conexión especial.
“Conforme pasas una década y alcanzas la segunda, vas acumulando seguidores por etapas. En la época del unplugged fue más evidente cómo se abrió una ventana y el lenguaje acústico de ese disco hizo que la música de Zoé llegara a un montón de gente de Latinoamérica que antes no nos conocía; pero con Aztlán, el público que se unió fue uno mucho más joven, más diverso, más ecléctico, de distintos países y gustos musicales. Apenas ahora nos vamos a dar cuenta de quiénes descubrieron a Zoé a partir de este nuevo álbum y eso se notará en los shows. Es muy interesante ver como las bandas van avanzando por etapas y por generaciones de seguidores que están anclados a un disco”, señala Guardiola.
Luego de año y medio en sequía de conciertos, este verano Rodrigo Guardiola, junto a León Larregui, Sergio Acosta, Ángel Mosqueda y Jesús Báez regresaron a los escenarios con una breve gira por Estados Unidos. Si bien pasar tanto tiempo sin presentaciones significó una etapa difícil para ellos, el baterista cree que también le sirvió para apreciar más la vida en tour, la interacción con sus seguidores e, incluso, hacer las paces con algunos hits como “No me destruyas” y “Vía láctea” que, de cierta forma, ya se sentía cansado de interpretar. La principal idea de la gira, además de promocionar Sonidos de karmática resonancia, es celebrar estos 20 años de trayectoria y el regreso a la música en vivo con una enérgica combinación de canciones que abarca desde los temas de cajón, hasta lo más nuevo.

Hablar de Zoé, sin duda, es discutir sobre la historia del rock en español por todo lo que engloba su música, incluyendo la gran influencia de Gustavo Cerati. Con el argentino, la relación fue mágica, ya que la banda pasó de verlo a través de un simple televisor a compartir escenario con él durante todo un tour que realizaron por allá de 2006. Sobre ello, Rodrigo Guardiola comenta: “Recuerdo que todos constantemente estábamos parados en la prueba de sonido de Cerati, aprendiendo todo lo que pudiéramos en ese instante, éramos una banda nueva en escenarios así de grandes. Era un shock la potencia de Cerati al cantar y tocar guitarra, paralizante. Nadie podía ni hablar. Yo creo que de la escuela de músicos latinoamericanos, nunca he visto a un guitarrista tan impactante”.
Así como en su momento Cerati fue influencia para Zoé, ellos ahora lo son para bandas más recientes, algo por lo que Guardiola se siente honrado y feliz. “Es como nos vamos alimentando todos, generación por generación. Obviamente cada una tiene más cercanos a sus grupos e influencias de una década o menos hacia su punto de inicio. Entonces, así como para nosotros fue un Fobia o un Soda Stereo, yo creo que nos vamos inspirando y contagiando del espíritu de que sí puedes hacer una carrera como músico si realmente es lo que quieres y tienes paciencia. Nadie empieza tocando perfecto pero es cuestión de irlo puliendo y es válido inspirarte en otro grupo. Me ilusiona mucho que nosotros ahora le estemos regresando a otros la inspiración de hacer música”, comenta.
En los últimos años ha habido mucho debate respecto al camino que ha tomado el rock. En cuanto a lo que ocurre con el género en Latinoamérica, el cambio ha sido notorio y actualmente es sostenido por jóvenes que se dedican a hacer la música que desean sin ninguna presión, una que simplemente retrate su día a día y sus sentimientos más profundos con producciones y versos sencillos, con los que más de uno se sentirá identificado. Algunos parecen estar en contra de ello, llevándolos incluso a asegurar que el “rock está muerto”; sin embargo, muchos más lo ven como una evolución favorable. Dentro de este círculo se encuentra Rodrigo.
“Todo grupo y proyecto tiene su propio contexto. A mí me parece muy equivocado no abrirte a entender si ahora la gente quiere letras más simples, más directas, más relacionadas a temáticas de redes sociales o de inclusión de género. Tenemos que entender que cada generación habla de lo que está sucediendo a su alrededor y si tú eres de una anterior y pretendes criticar que no está bien su temática, el que está equivocado eres tú, por no entender que ellos están traduciendo lo que les toca en este momento. Igual con la estética de la música. Hay que entender que hoy día todos absorben de un banco mayor de cosas y siempre lo van a hacer sonar y traducir a su manera. Yo prefiero tratar de descifrar por qué las cosas suenan como suenan que decir que están mal”, explica el baterista.
Con el tiempo, Zoé se ha ido solidificando más y más. Hablando de ello, León Larregui (vocalista) nos dice que quizá terminen como The Rolling Stones, “tocando hasta que el cuerpo aguante”; para Rodrigo Guardiola no habría nada mejor que eso. El baterista se ve reflejado en Charlie Watts, quien hasta sus últimos días de vida se entregó en cuerpo y alma a la música: “Cuando veía a Charlie Watts en vivo me daba mucha emoción y lo que más quisiera sería poder hacer conciertos como él los hizo, entero, disfrutando. No creo que una banda aguante la intensidad de las giras que ésta hacía años atrás, cuando era más joven; pero uno puede irse dosificando y gradualmente cambiar para así seguir haciendo shows a una edad mayor. En realidad, si sabes crecer y evolucionar, te vas volviendo más bueno en lo que haces. Para mí, los Rolling Stones con el tiempo fueron sonando mejor, y eso me causa ilusión”.
Conforme vas creciendo te vas dando cuenta de que, así como con las personas, son pocas las bandas que se arraigan en tu vida, con las que creas un tipo de amor kármico. Zoé tiene esta conexión con su público. Entre recuerdos, nuevas puertas y el deseo por superarse, sus seguidores continúan encontrando cobijo en su música, porque una vez dentro de su mundo, ya no hay vuelta atrás.
Entérate más de su nuevo material discográfico, Sonidos de karmática resonancia en nuestra Marvin #190, en la que tenemos a Zoé de portada y podrás encontrar una charla con León Larregui. Consíguela dando click aquí.