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Yann Tiersen emprende una odisea electrónica en ‘11 5 18 2 5 18’

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Yann Tiersen emprende una odisea electrónica en ‘11 5 18 2 5 18’
Ambulante 2024

Sería un error gravísimo tratar de dimensionar a un artista tan diverso como Yan Tiersen por su célebre soundtrack para la película Amélie (Dir. Jean-Pierre Jeunet, 2001), por mucho que le haya traído celebridad mundial. El francés ha dado sobradas muestras de poder incursionar en diferentes entornos estéticos y ofreciendo casi siempre buenos resultados.

TXT:: Juan Carlos Hidalgo

El nativo de Brest a sus 52 años es una figura consolidada que más allá de la música para películas ha explorado el minimalismo, post-rock y el entrecruzamiento de la música clásica contemporánea con la electrónica y es precisamente en esta vertiente donde aterriza su más reciente álbum 11 5 18 2 5 18 (Mute, 2022).

Precisamente, su amplio rango de maniobra es lo que llevó al Festival alemán enfocado en los sintetizadores, Superbooth, a encargarle un repertorio y una presentación; la pandemia propició que Yann se concentrara en su estudio casero para establecer una relación con diversos instrumentos, procesadores y filtrar cosas a través del sampler; siempre teniendo en mente que aquello debía de llevarse a un directo centrado en los sintes.

El resultado está muy entreverado con Kerber (2021) -su antecesor inmediato-, en el que Yann Tiersen ya probaba algunos de los recursos presentes en 11 5 18 2 5 18; y todo el proceso de exploración valió la pena tan sólo por lo concentrado en “16 1 12 5 19 20 9 14 5” -el cuarto track de nueve– en el que aparece la voz procesada y la música nos remonta a Kraftwerk -y hasta parece un homenaje-.

En el siguiente corte, “3 8 1 16 20 5 18. 14 9 14 5 20 5 5 14”, desde el comienzo abre con el uso de voz -menos intervenida- y digamos que se mantiene en un medio tiempo; y es que si algo debemos agradecerle a esta entrega es la búsqueda de los contrastes… de ir de la quietud al estallido y rozar intensidades festivaleras tal como ocurre en “16 15 21 12 12. 2 15 10 5 18” -la penúltima pieza-, así como en la tercera “1 18. 13 1 14 5 18. 11 15 26 8”.

El cierre se da en lo más alto con “13 1 18 25 (6 5 1 20. 17 21 9 14 17 21 9 19)”, pues la voz de QUINQUIS (en realidad, Émilie Quinquis, una artista que canta en Bretón) le agrega otra perspectiva, la de una portentosa voz femenina a la que se ha dejado en su plenitud. Por momentos, el resultado se encamina hacia Fuck Buttons, en otros, marcha sobre la senda de Trentemøller, sin deja de lado la influencia de Autreche -cuando se pone más abstracto-.

A Yann Tiersen le encargaron una odisea electrónica a partir de sintetizadores y el supo regodearse y reinventar su música.

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Juan Carlos Hidalgo

Juan Carlos Hidalgo

Embajador de Tuzolandia por el mundo. Su novela más reciente es 'Ya no más canciones de amor' (Ed. Gato Blanco). En Marvin, coordina las colecciones 'Rock para leer' y 'Tinta sonora'. Forma parte de la Red de Periodistas Musicales de Iberoamérica (REDPEM). Su libro más reciente se titula 'Una ópera egipcia', poemario a partir de un álbum de Los Planetas.

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