En 1983 Argentina comenzaba a abrirse hacia la democracia, llena de heridas muy profundas hechas por la dictadura. Una generación de jóvenes desea emerger no sólo hacia un país diferente sino hacia un mundo distinto y explorarlo todo. Uno de ellos es Pablo, protagonista de Ya no escuchábamos la música, primera novela del artista Fernando Lancellotti.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
Editada por Mansalva -un verdadero sello de culto-, se trata de una historia de iniciación que comienza por su parte final; en ella encontramos un velero que navega a la deriva por el Mediterráneo y en el que sus pasajeros ya no tienen alimentos ni agua. ¿Cómo fue que llegaron hasta allí?
Fernando Lancelloti narra la manera en que Pablo, a quien más adelante apodarán Stanley -por los actores de El gordo y el flaco-, se involucra con una pandilla de personajes excéntricos que lo sacarán del marasmo de trabajar en un discreto video-club.
De una vida tranquila al vértigo total, es por ello que Elsa Ducaroff escribe para presentar la historia: “Siempre es mala época para ser joven. Ya no escuchábamos la música, es una novela negra y una novela de iniciación o mejor una novela de iniciación negra y como saben quienes estudian este género literario, toda buena novela de formación es la historia de un fracaso”.
Fernando Lancellotti es un artista multimedia de trayectoria internacional, que apenas en 2019 publicó un primer libro de poemas, pero cuyo trabajo plástico también está muy influido por ese género. Ahora ha decidió escribir una novela llena de tensión, excesos (con influencia de Brett Easton Ellis) y con ciertos tintes autobiográficos, a lo que añade el sesgo ficcional, tan es así que el libro comienza: “La verdad está en todos lados, solo hay que señalarla. Hasta en la oscuridad más densa aparece y dice acá estoy, pero en ese tiempo lo que menos buscaba era la verdad”.
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