Entre tanta paja que trae consigo el revival del post-punk es importante detectar la semilla entre la vastedad del desperdicio y el segundo álbum de Working Men´s Club se distingue porque agrega algo de cold wave y ciertos sonidos industriales. Cierto, manejan elementos muy probados en el pasado, pero la manera de combinarlos es lo que vale la pena.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
Fear Fear es un álbum concebido por Sydney Minsky-Sargeant con mucho conocimiento del pasado de la música inglesa, mientras que las letras son muy oscuras y pesimistas acerca del momento actual de la sociedad.
De hecho, el disco abre con un pasaje sombrío y crepitante de un sintetizador al que luego interrumpe otra secuencia igual de fría y marcial; así “19” nos haría suponer que estamos ante un trabajo de electrónica experimental, pero apenas es el primer sesgo (y además luego acelera).
Para su creador, Sydney Minsky-Sargeant se trata de “música alegre” y eso ya dice mucho de la banda de Yorkshire y de esta segunda entrega editada por Heavenly Records, y que no hace sino reivindicar al sonido de la vanguardia británica de finales de los setenta y principios de la siguiente década; serían tantos los nombres que es mejor no acotar uno sólo.
10 canciones en las que las percusiones suenan metálicas, en que existe una marcialidad gélida y una absoluta sobriedad a la hora de elegir las secuencias y programaciones; así que aclaremos, el post-punk no tiene por que sonar igual y repetir cartabones. Aquí se demuestra que existen tantísimas cosas por revisitar y aprovechar… sin que las letras pierdan un ápice de angustia.
Lo que es un hecho es que “Widow” es una canción potente y destacada, a la que sigue muy de cerca “Ploys” -que se acerca a la Electric Body Music y resulta peligrosamente bailable- y “Circumference” -machacona y algo glacial-. Para el momento de las guitarras tenemos a “Cut”.
A la hora de analizar este Fear Fear es preciso señalar que de la producción se encargó Ross Orton, quien no sólo trabajó con Arctic Monkeys sino también con los grandiosos The Fall, el comando vociferante de Mark E. Smith, cuyo fantasma flota por todo el álbum.
Working Men’s Club se destaca como un grupo sumamente interesante tanto por su sobriedad como por su claridad de ideas; por su parte, Fear Fear es de esos discos que crece con cada escucha: hay que volver a él para sentir como va creciendo y filtrándose en nuestra mente -algo que casi ya no ocurre en los tiempos que corren-.
Lo repito: el post-punk no tiene por que sonar igual. Y claro, Working Men’s Club no sólo hacen post-punk… hay mucho más.
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