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Victoria Reed me platicó sobre ‘Aquamadre’

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Victoria Reed me platicó sobre ‘Aquamadre’
Ambulante 2024

En estos días aciagos, estoy seguro de que en la música, el cine y la literatura se pueden encontrar herramientas para hacer frente a los que todavía nos quedan por sortear. Eso descubrí en Aquamadre, el segundo disco de la artista Victoria Reed: una colección de canciones que remiten al mar y a esa tranquilidad que transmite su sonido.

TXT:: Aldo Mejía

A propósito del trabajo que acaba de publicar, platiqué con Victoria Reed quién desde hace poco más de un año vive en Ciudad de México junto a su esposo, el también músico Erik Deutsch. “Estoy muy feliz de poder lanzar Aquamadre por fin, a pesar de los tiempos tan extraños que estamos viviendo”, me dice emocionada luego de terminar su primer show vía streaming desde su casa. “Es muy abrumador todo lo que está sucediendo y puede romperte el corazón a cada momento. Definitivamente, no son las circunstancias en las que planeé estrenar mi disco, pero todos tenemos que hacer estos ajustes.”

Y continúa: “Estoy muy emocionada de estrenar música cuando parece ser que no es el momento adecuado; pero por eso mismo siento que es el tiempo indicado para hacerlo. Porque creo que la gente necesita belleza con la cual conectar, la cual es una de mis metas con este disco, y con toda la música que hago: crear conexiones y ser, con suerte, una fuerza de sanación en el mundo. Quizás así es como debía de ser.”

Me platica que está pasando la cuarentena con su esposo en un apartamento del cual pudieron acondicionar un cuarto como estudio y en el que pasan mucho tiempo, felices de estar el uno con el otro, resistiendo al estrés que les imprime el no saber cuándo será su próximo concierto.

¿Cuánto tiempo te tomó alistar el álbum y cómo fue el proceso de escribirlo? Porque lo encuentro bastante personal.

Todo comenzó justo con la composición de las letras, es una de las piezas más importantes del proceso sino es que la más. He escrito canciones desde que puedo recordarlo, y no lo hago porque creía que pudiera ser buena haciendo música sino porque es cómo proceso mis emociones, así que es vital para mí. Siempre estoy escribiendo, y algunas de estas canciones son de un par de años atrás y otras las hice el año pasado en un lapso de un mes, sabes. En cuanto la inspiración aterriza, me siento en el piano y lo saco.

Lo grabamos en unas tres semanas, en total. Todo lo grabamos en casa, y es la primera vez que lo hago en vez de ir a un estudio elegante, así que fue bastante interesante, casi como un experimento. El productor fue Autre Ne Veut, quien tiene mucha experiencia con ese tipo de proceso, y nos guio y animó en el camino. Tuvimos una primera semana y después nos metimos dos semanas más. Y fue un proceso muy disfrutable, logré acoplarme muy bien a grabar en casa porque hay algo relajante en ello, no hay tanta presión, y no se gasta tanto dinero como a cada segundo como en un estudio.

Además, cuando sentía que algo no iba bien decía “tomemos una siesta” o “vayamos a dar una vuelta”, bebíamos un poco de vivo y retomábamos. Hay algo increíble en trabajar de esa manera. Mi esposo estaba ahí con nosotros a cada momento, y nos apoyó con lo que le pedíamos.

victoria reed aquamadre portada

Fua hace cuatro años cuando Victoria Reed presentó Cheriot, su debut. Desde entonces, me dice, ha escrito muchísimas canciones sin pensar del todo en qué puedan llegar a convertirse. “Así que eventualmente llegué a encontrarme con una pila de cincuenta quizá cien canciones que podían encajar en este disco”. Junto a Autre seleccionaron las que tenían que grabarse con urgencia y las que les resultaban más interesantes o emocionantes.

El siguiente paso fue encontrarle un sonido que hilara Aquamadre y en esta parte también fue fundamental el conocimiento de Autre, quien tiene un proyecto que Victoria describe como Avant-garde, pop, “esto le brinda una sensibilidad particular aunado a su conocimiento de compositores como Carole King”. El padre de Victoria es Alto Reed reconocido músico en Estados Unidos, y de quien le viene un conocimiento más clásico de composición que se enraíza en la música clásica, y que se encuentra con su entusiasmo por el pop, el dreamy, y las vibras chill.

“El reto era combinar todos esos elementos de una forma que se sintiera sincera y que apoyara el mensaje que quería dar”, me dice Victoria, satisfecha con el trabajo que realizaron en conjunto. Esencial fue que el espacio en el que entraron a grabar fuera propicio para experimentar.

Sé que en vivo te acompañan Spencer Zahn, Dave Harrington, Dave Scalia y el propio Erik Deutsch (quienes también colaboran con Nicolas Jaar, Norah Jones, Kimbra, Sky Ferreira y Blood Orange, respectivamente). ¿Es complicado dejar entrar en tus composiciones a tanta gente?

Escribir para mí es tan personal que parece mi diario. Si alguien me invita a colaborar en su proyecto lo hago sin problema alguno. Pero cuando se trata de mi trabajo, me exige un esfuerzo grandísimo que me llega hasta el alma; literalmente, me hace sentir vértigo.

Pero si trabajo con gente por la que siento confianza y admiración, me permito ser abierta. Mientras más respeto exista aprendo más y ahora elijo con más cuidado con quién filmo un video, hago fotos o cocino la cena. Priorizo la confianza porque así uno se relaja, es uno mismo y brilla a lo largo del proceso. Pero no me malentiendas, soy bastante rígida con mis primeras impresiones y tengo que trabajar en eso. Si escucho un riff que no me gusta, de nuevo, siento vértigo, y digo “no, no, no podemos usar eso”, pero si alguien me dice “veamos cómo funciona”, me relajo y accedo. Todo esto se refuerza si pienso en el resultado al que llegamos, y el cual no podría haber alcanzado porque mis canciones empiezan conmigo llorando y cantando al piano.

No puedo evitar reparar en los modos y procesos creativos de Victoria pues parece que actualmente los artistas tienen que sacar sencillos con cierta periodicidad, mostrarse diariamente en redes sociales y hacer mucho networking. “Es cuestión de adaptarse constantemente porque nadie tiene todas las respuestas”, me dice y profundiza: “La industria ha cambiado drásticamente en las últimas décadas, para mí, es un balance entre estar conectado con el hecho de que la obra artística es lo más importante y estar a la caza constante, hacer tanto como te sea posible porque hay un montón de gente afuera con el mismo sueño de ser artistas, con algo que decir y con tantas ganas de tocar. O deja de impresionarme cuánta música hay y, para bien o para mal ese es uno de los grandes cambios que ha habido porque hay mucho ruido por el cual hay que atravesar. Y algo de ese ruido sería mejor silenciarlo o ignorarlo.”

Victoria Reed tiene bien claro que lo primordial es la canción y el disco al que pertenece, hacer una obra genuina pues es a través de ella que procesa sus emociones. Me explica que el viaje que ha emprendido se trata de cómo provocar algo en la gente que lo escucha y esa es una búsqueda diaria para ella. Ahora pone más atención a sus plataformas, “pero por fortuna tengo un buen equipo a mi alrededor como los RP en Estados Unidos o Misa Barajas de Física Moderna. Todos ellos me acompañan en este trabajo de tiempo completo”.

¿Cómo concebiste la identidad visual de Aquamadre?

Para la portada, trabajé con Andrés Navarro (fotógrafo, entre otros, de J Balvin), a quien conocí apenas me mudé a la Ciudad de México. Lo descubrí a través de Instagram y me encantó su estilo tan auténtico, real y feo de una forma hermosa, ¿entiendes? Él tomó las fotos del single que lancé un año atrás y nos volvimos buenos amigos. En cuanto le dije que Aquamadre venía en camino, empezamos a planear qué podríamos hacer. Hicimos un par de sesiones que nos gustaron mucho, de las que salieron fotos mágicas, pero no estábamos convencidos del todo. Y teníamos la idea de ir a la playa, porque el nombre del disco está enraizado en la astrología y en símbolos que escondí por todos lados relacionados con el agua.

Hice planes para filmar el video de Life 2 Be Adore, que escribí hace años con la idea de la playa muy en la cabeza. Desde que toqué los primeros acordes al piano. Así que viajamos a Oaxaca, que es una mis playas favoritas e hicimos unas fotos bellísimas al atardecer. Fue un viaje increíble.

No puedo evitar preguntarle sobre su experiencia viviendo en nuestro país y me cuenta que se mudaron ella y su esposo luego de vivir ocho años en Nueva York. Erik vino a tocar en algún momento al Zinco Jazz Club y muy pronto encontraron, ambos, una audiencia abierta a sus proyectos y los sonidos que proponen: “la gente no está tan preocupada con qué género está escuchando, qué tipo de música es, sino en la experiencia misma. Lo vibramos así cada vez que nos presentamos. Y eso nos ha inspirado”.

Como muchos extranjeros, quedaron cautivados por la cultura, la comida el arte, la arquitectura y la vibra. “Amo la energía de esta ciudad porque es caótica y aun así hay una cultura del estar tranquilo, lo que no existe en ninguna de las grandes ciudades de Estados Unidos. Eso nos ha permitido encontrar un balance entre el estar inspirados y relajados”, me explica.

Victoria Reed procura no desgastarse en pensar cuándo podrá arrancar la gira que ya tenía prevista y quiere enfocarse en que Aquamadre llegue a tanta gente como sea posible “ya sea porque conectaron con las letras, el espíritu de las canciones o porque hallaron algo sanador en ellas”.

Aquamadre de Victoria Reed está disponible en todas las plataformas digitales.

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