Jamás habremos abundado suficiente en el poder y encanto de las canciones… prácticamente eso es lo que nos tiene aquí (tecleando y escuchando); una canción es un portal hacia una dimensión alterna en la que existe ilusión y exaltación emocional. Son las canciones las que nos conducen al ensueño y la fascinación; por fortuna, hay artistas como Vanessa Zamora que así lo entienden.
Valga todo ello para abordar a la versión que la tijuanense ha hecho de “El muchacho de los ojos tristes”, una canción con una melodía nostálgica y almibarada que constituye un clásico de Jeanette, una cantante magnética que sedujo apenas chapurreando español y con mucho acento inglés, que le venía de su tierra natal.
“El muchacho de los ojos tristes” ha perdurado a través del tiempo y se antoja una canción añeja, pero resulta que apareció en el álbum Corazón de poeta, editado en 1982; se trata también de una queridísima evidencia del gran talento compositivo de Manuel Alejandro, quien también se encargó de producir la original.
Vanessa Zamora, formada en Guadalajara, ha decidido retomarla a más de 40 años de su aparición y a través de un tratamiento afortunado, y en el que destaca la aportación de los sintetizadores, mostrarla a un público mucho más joven y a quienes más de 4 décadas pueden parecerle una eternidad, pero de donde sigue emanando música emocionante.
“El muchacho de los ojos tristes” sigue desparramando nostalgia y sentimentalidad ya bien entrados en el Siglo XXI y ahora desde suelo mexicano.
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