De la más reciente novela del catalán Enrique Vila-Matas, Canon de cámara oscura, se dice que en ella logra hacer ligera la complejidad; pienso que eso mismo puede aplicar para Lucro Sucio; Los Ojos del Vacío, el nuevo álbum de The Mars Volta, en el que no se despegan de ese discurso críptico que les encanta, pero que en lo musical es más sencillo y preciso que algunos de sus antecesores.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
En algo que parece una acertada continuación del álbum homónimo del 2022 y con el que pusieron fin a un impasse de una década sin material nuevo. Estas 18 composiciones abogan por la gran manera en que la mancuerna Rodríguez-López/Bixler-Zavala ha encauzado su oficio musical –y es que para referirnos a madurez, ello ocurrió hace mucho-.
Lucro Sucio; Los Ojos del Vacío comienza apelando también a la brevedad; tirando de lógica inversa, el primer corte es “Fin” y dura apenas un minuto y catorce segundos para luego enlazarse con “Reina tormenta”, aún más corta, un minuto diez segundos. Se trata de un susurro etéreo que de a poco acelera para dar pie a esos subidones psicodélicos que llevan el sello de la casa.
Al engarzar con “Enlazan las tinieblas” ya destaca el juego percusivo y un sax huidizo en algo que transforma al funk y al pop en un ente misterioso y atrayente… algo ya conocido, pero distinto; es como si un mago persiguiera el mismo fin con sus brebajes, pero cambiara la fórmula y el método de preparación… y ello se debe a que Omar Rodríguez-López dosifica su rol como guitarrista y más bien encauza musicalmente al conjunto entero.
En la versioón de The Mars Volta del 2025 tenemos que destacar todo lo que aporta el músico argentino Leo Genovese a estas pociones sonoras… no sólo toca el piano sino que se prodiga en los sintes y el saxofón. Recordemos que su eclecticismo y apertura de miras lo ha llevado a colaborar con gente tan distinta como Residente, Esperanza Spalding y Wayne Shorter.
La sensación es que en Lucro Sucio; Los Ojos del Vacío han decidido ir manejando una variación de intensidades, antes que dejarse llevar por el delirio en estado salvaje; Cedric Bixler-Zavala encauza su canto hacia la sutil modulación y la exactitud… es así como dan con un binomio ganador: “The Iron Rose” que combina calidez con marcialidad a un ritmo semilento y se engarza a la perfección con una “Cue the sun”, cuyos segundos de arraque nos recuerdan tremendamente a Pink Floyd.
The Mars Volta siguen disertando sobre temas que les son bien conocidos de antaño -ahí está “Alba del orate”-, mientras que al poder psicodélico lo cargan de percusiones latinas en una “Un disparo al vacío”, que también incluye una parte en español.
Tal como en la novela de Vila-Matas, la trama –el discurso narrativo- puede rondar la complejidad, pero la forma de exponerlo –contarlo y tocarlo, respectivamente- le da prestancia y eficacia… no es que hayan perdido densidad, sino que la exponen de una manera que parece sencilla y fluida –aquí no hay marañas sonoras-. Como hace el escritor catalán, la mancuerna Rodríguez-López/Bixler-Zavala transita por diversos géneros y hace posible un ars combinatoria fascinante.
En Lucro Sucio; Los Ojos del Vacío no hay posibilidad del pastiche… es una obra totalmente cohesionada con toda y esa hermosa rareza que caracteriza a The Mars Volta… su proceso de exploración y ensayo parece inagotable; de nuestra parte no queda sino abrir lo más posible la percepción y brindarle toda nuestra complicidad.
Bien pueden acudir a las culturas prehispánicas –“Mictlán”- o remontarse a la mitología del Rey Arturo –“Morgana”-, ellos logran entrever una estructura sólida para contener una profusión de conceptos… lo dicho, la ligereza de la complejidad.
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