Siempre he admirado a los artistas que muestran principios irreductibles… que no se agobian si es que no se convierten en un asunto de masas y salas enormes y una de ellas es The Hold Steady, la banda de Brooklyn que comanda Craig Finn, quien también se ha dado sus chances como solita para alejarse un poco de ese indie rock permeado de punk con el que envina sus canciones.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
No deja de ser curioso que la banda proceda de esa demarcación de La urbe de hierro, considerada como Hipsterlandia, porque su sonido y sus temas nos harían creer que proceden del medio oeste o lo estados centrales y que se dedican a la agricultura, pero no es así.
Ahora han lanzado The Price of The Progress -su noveno album-, que sobresale por poseer un marcado acento narrativo, por lo que parece que estuviéramos leyendo un libro de John Steinbeck; a Craig Finn se le ha antojado contar historias acerca de la madurez y la jodidez de la vida adulta a través de personajes de distintos orígenes étnicos y es por ello que tenemos canciones tituladas “Carlos Is Crying” y “Perdido”.
Es así que escuchamos piezas en los que se cuela el desempleo, las drogas y la necesidad de bancarse una vida a costa de lo que sea… y he allí la grandeza de canciones como “Grand Juction” y “Sideways Skull”; ellos prolongan esa grandiosa estirpe de Bruce Springsteen al tiempo que siempre muestran una buena parte de rabia; y cómo no quejarse cuando llega un momento en la vida en el que: “Now every conversation I have is about money”.
The Price of The Progress entrega una decena de canciones que sobresalen por su sinceridad, por plasmar a una pasarela de personajes arañando un destino a punta de patadas y buches de whisky; ellos saben que deberán seguir luchando por más que asfixien los compromisos y las responsabilidades.
Vale la pena escuchar con atención “Distortions of Faith” porque cuenta acerca de un músico desesperado que acepta una enorme paga para actuar ante un dictador; lo dicho, Craig Finn es un músico irreductible y bien que lo contagia a The Hold Steady… podemos confiar en ellos.
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