Música

Syntek , ¡me quiero volver chango!

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Ambulante 2024

Por Arturo J. Flores

“Para conocer a tu enemigo

debes convertirte en tu enemigo”.

Sun-Tzu. “El arte de la guerra”

 

La Ley del Antagonismo. Ignoro si Aleks Syntek habrá leído El Libro Negro de la Persuasión de Alejandro Llantada. Lo cierto es que su estrategia (o la ausencia de ella, escenario en la que la casualidad sería la única responsable) de desatar su furia contra el reggaetón, le ha significado jugosos resultados.

Primero que nada en términos de clipping; es decir, de las menciones del compositor y su disco Trasatlántico en medios de comunicación. Porque en otras circunstancias el lanzamiento de su álbum no hubiera estado tan presente en los espacios en los que ha encontrado eco.

Porque ninguno de los videos del ex Chiquilladas se habría vuelto viral como lo hizo su declaración de que el reggaetón “es para los simios”.

Hay que reconocer que quizá yo mismo estaría escribiendo de otra cosa.

Llantada es un brillante Consultor. Luego de varios años de trabajar en las Consejos financieros de varias empresas de renombre, un día se decidió a botar todo, quemar sus naves y echar andar un negocio propio. Escribió El Libro Negro de la Persuasión sintetizando las enseñanzas que le habían dejado varios años como ghost writer de un columnista financiero que nunca olvidaba firmar sus colaboraciones periodísticas, aunque nunca se acordara de escribirlas.

Fue a él a quien le escuché este consejo que mis papás nunca me habrían dado: “Búscate un enemigo”.

Para persuadir, para flotar por encima de la masa, para destacar, conviene que te hagas de uno al que ataques públicamente con toda tu fuerza. Lo hizo Hitler y casi domina el mundo. También Donald Trump y ahí lo tenemos gobernando a la nación más poderosa del mundo.

Para volverse popular a veces sólo hay que decir públicamente lo que muchas personas piensan en privado.

No me consta que Aleks Syntek haya leído su libro, ni mucho menos El Arte de la Guerra de Sun-Tzu, El Príncipe de Maquiavelo o alguna biografía de Napoleón Bonaparte. O si lo hayan hecho sus asesores de prensa. Puede ser que su vómito de odio en contra del llamado género urbano provenga únicamente de sus tripas y no de una sesuda estrategia de marketing. Lo importante, dijo Galileo Galilei, es que sin embargo se mueve.

Tanto que ya hasta un dueto de urbano le respondió al compositor adaptando una de sus canciones al reggaetón. El Catorce reversionó “Sexo, pudor y lágrimas” en urbano. Y eso hace que Syntek suene más.

De pronto, el cantautor se convirtió en el vocero que proyectó las aversiones de un sector de los escuchadores de música. Porque sabemos que a la industria siempre ha querido alimentar a los trolls porque eso se traduce en billetes. Caifanes vs Maná. Gloria Trevi vs Alejandra Guzmán. Movida madrileña vs Rock argentino. Metal vs Gruge. Rap Costa Este vs Rap Costa Oeste. Oasis vs Blur. Axl vs Slash. Little Jesus vs los Rolling Stones. Kayne West vs el Mundo. Bunbury vs Cerati. The Beatles vs The Rolling Stones. Los “cultos” vs El Reggaetón.

De lo dicho por Syntek en la entrevista con Adela Micha saltan a la vista muchas obviedades.

Que si las disqueras sólo invierten en el género urbano.

¿Y qué habría de vender una industria en crisis sino aquello que el consumidor está dispuesto a –valga la redundancia– consumir?

¿No está escrito hasta en los muros de Walmart que el cliente siempre tiene la razón?

En 1954, la versión de “Rock around the clock” de Bill Haley and The Comets desató una euforia por un movimiento musical que enloqueció a la juventud como lo está haciendo hoy “El Coco de los esclavos de la nostalgia” –también conocido como Reggaetón.

Ese mismo año se grabaron canciones como “Shake, Rattle and Roll”, de Big Joe Turner; “Blue Moon of Kentucky”, de Elvis Presley y “(I’m your) Hoochie Coochie Man”, de Muddy Waters .

Y sí, las nacientes compañías grababan mayoritariamente Rock. Porque “it’s only Rock and Roll… but you buy it”.

Dicho sea de paso, muchas de esas canciones de rock son tan sexuales como aquellas que hacen persignarse al Embajador de la UNICEF.

 

 

“Gypsy woman told my mother ‘fore I was born,

You got a boy-child coming, gonna be a son of a gun.

Gonna make pretty women’s jump and shout,

And then the world gonna know what this all about.”

(I’m your) Hoochie Coochie Man.

 

¿No fue acaso esa “Movida Madrileña” y su consecuencia mexicana, “El Rock en tu Idioma” a la que Syntek rinde homenaje en su disco, una explosión en el que TODAS las disqueras y artistas querían treparse durante la década de los 80, como sucede actualmente con el Reggaetón?

Dicho sea de paso y hablando de sexo desde una perspectiva masculina, ¿acaso Syntek ignorará a que se refiere el “mordisco” que las “Chicas Cocodrilo” le propinan al narrador de la canción?

“El libro negro de la persuasión” es best seller en Amazon desde hace muchos años. En un apartado, Llantada escribe: “Algunos mercadólogos sostienen que las marcas deben tener competencia y que es un error evitarla, ya que las categorías deben volverse más grandes y esto solo se logra con la competencia. ¿Cómo mostrarse como “mejor” si no hay parámetro con qué compararse?”.

En El planeta de los simios, la novela del francés Pierre Boulle, se describe un universo distópico en la que los chimpancés se han convertido en la raza dominante que esclavizó a la humanidad. Hasta que un periodista de Ulises Mérou encabeza una rebelión que lo lleva a escapar del planeta. Sin embargo, al final de la novela –y en sus respectivas adaptaciones cinematográficas– se descubre que la realidad supera cualquier pesadilla.

 

 

Hoy por la mañana me llegó un comunicado de prensa. Establece: “A la par del crecimiento de Spotify de 10 millones de usuarios (en mayo del 2014) a 140 millones de usuarios (en junio del 2017), la cuota de escuchas del género de reggaetón en Spotify creció 119% (de Q2 2014 a Q2 2017). En comparación, la cuota de escuchas de Pop incrementó un 13% durante el mismo período”.

Quizá un día un popero se despierte con la pavorosa idea de que todos nos hemos convertido en changos. Por si las dudas, Syntek ya pidió disculpas.

 

Staff

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