El proceso de desarrollo de Soleá Morente ha sido sorprendente… de cuna le viene el poder ser una excelente interprete, luego ella ha tenido el trapío para mezclar al flamenco con el indie -rock y pop-, y ahora da un golpe de autoridad como compositora a la hora de componer y dedicar un disco a sus padres.
TXT: Juan Carlos Hidalgo
De hecho, el disco abre con un tema cortito que lleva el nombre de su madre, “Aurora” (Carbonell), para luego evocar al inmenso Enrique Morente en una canción absolutamente conmovedora como lo es “Ayer”, que resume las enseñanzas de uno de los más grandes cantaores de la historia.
Y lo mejor es que Soleá Morente va a su propio aire en Aurora y Enrique (Elefant Records, 2021) y combina palmas flamencas con dreampop y una buena tanda de sintetizadores. Todo el concepto se relaciona mucho con lo que hizo Sufjan Stevens con Carrie & Lowell (2015), ya que a su manera en un disco conceptual con muchas referencias acerca de sus padres y que puede citar también el comienzo de “The only thing” del norteamericano en “Fe ciega”, que ha sido considerada la pieza central de esta entrega.
“Fe ciega” musicalmente es deudora de The War on Drugs, una influencia central en el disco, al igual que lo es Beach House. Nadie puede culpar a Soleá de tener un gusto exquisito y aplicarlo para oxigenar su música.
En Aurora y Enrique tiene pocos invitados, pero importantes; en “El pañuelo de Estrella” aparece su hermana Estrella, que también es una figura del cante, adaptándose a un tema indie-pop sin perder la estirpe de la tradición; una pieza en equilibrio.
Más adelante viene la gran sorpresa, pues “Domingos” tiene un tratamiento post-punk a base de sintetizadores y en la que se suma Isa Cea de Triángulo de Amor Bizarro. Electrónica y melodía al servicio de lo que la canción necesitaba para crecer. Su registro sonoro es muy distinto al del resto del álbum.
Soleá Morente compuso los 11 temas del sucesor de Lo que te falta (20), sacó el máximo rédito a la producción de Manuel Cabezalí y se mostró como una solvente letrista que tiene una parte espiritual junto a una manera coloquial de abordar el fenómeno amoroso (Con La Bien Querida en la mente).
Aurora y Enrique no es un disco perfecto; por ahí tiene algún tema de menor calado -como “Marcelo Criminal”- pero desvela que musicalmente Soleá Morente va para adelante, más allá de haber rendido un conmovedor repaso a la historia de amor de sus progenitores. El trasfondo del disco ya era muy valioso, pero el resultado lo es más; el disco termina con una esperada “Enrique”, más etérea y de cante desbordado.
Gracias Soleá, te dedicamos un Olé y nos ponemos de pie ante tu arte.
