Sabaton tiene disco nuevo,The war to end all wars, disponible mediante Nuclear Blast. Tras varias escuchadas puedo decir con comodidad de conciencia que es de los mejores que han hecho desde que la banda incluyó de manera importante el uso de teclados. Éste, el número 11 en su colección, es un álbum conceptual que gira en torno a la Primera Guerra Mundial. En charla exclusiva con Marvin, Hannes van Dahl, el baterista desde hace una década del combo compartió algunos puntos de vista.
TXT:: Luis Jasso
Cualquiera sin experiencia en el entorno de las bandas tiene una idea preconcebida de cómo se graba un disco, y es perfectamente válido, aunque la realidad es que el formato varía entre banda y banda y a veces entre uno y otro disco. En el caso de Sabaton y de este material creado en medio de la pandemia, Hannes comentó lo siguiente: “Lo primero fue grabar demos de todas las canciones. Eso me permitió ensayarlas en mi estudio y prepararme. Yo trabajo en formato vieja escuela así que escribo notas de partes que me gustaría tocar en ciertos fragmentos de cada canción, y es curioso porque podría hacerlo en mi laptop pero me gusta más hacerlo en papel. Siempre tengo un cuaderno junto a mi batería, entonces si toco algo que me gusta y que no estaba en la canción, lo apunto y luego ya lo puedo grabar y escucharlo con calma, de esa manera cuando llego al estudio tengo claro el 90% de lo que quiero hacer. Ya ahí si la banda quiere intentar algo distinto pues tampoco me molesta, estoy totalmente abierto a sus sugerencias”.
Como suele suceder entre metaleros, Hannes tuvo su momento de epifanía, de despertar ante el heavy metal. Él, nacido en 1990, lo vivió con una banda que impactó la vida de millones y que unos cuántos años antes le había cambiado la cara del metal: “Es un momento que causa mucho impacto y yo recuerdo el mío como si fuera ayer. Estaba con mi primo en su patio. Él tenía un hermano mayor pero ahí estábamos, tendríamos tal vez unos ocho años, en una tienda de campaña y afuera había una tormenta eléctrica. Éramos muy niños y estábamos asustados. En eso mi primo mayor entra a la tienda con una de esas grabadoras grandes que consumía como 400 pilas por hora y nos dice ‘tienen que escuchar esto’. Era un casete que grabó con varias cosas pero la primera canción que sonó fue ‘For whon the bells toll’. de Metallica, y luego venían más canciones del Ride the lightning y eso me voló la cabeza. Así que para mi fue Lars (quien lo motivó a volverse baterista). Y después de eso fue el disco Painkiller (Judas Priest), no podía creer lo que escuchaba. Cuando tienes 8 años no necesariamente entiendes qué es una batería, no tienes esa conexión, para mí era como una pared de sonidos extraños pero a la vez fantásticos e intrigantes y desde ese momento quise aprender a hacer sonidos como esos, así empecé”.
Sabaton es una banda cuyas letras suelen tener raíces en guerras, grandes batallas y actos heroicos, algo bastante común en el metal, sólo que esta banda lo hace apegada a la historia y con un rigor académico sobresaliente. Hannes entró a la banda cuando ésta ya estaba más o menos encarrilada hacia las grandes ligas (por lo menos en Europa) por lo que se antojaba interesante conocer su visión sobre este tema. “Cuando entré a la banda debo reconocer que no era un clavado de la historia. Toda mi vida he entendido que es algo muy importante, es imperativo no olvidar pero mi interés ahora es mucho mayor que antes. Escuchar a Joakim (Brodén, cantante y compositor principal) y Pär (Sündstrom, bajista y co fundador) hablar de historia es maravilloso. Luego vamos en el camión de gira, relajados y ellos platican de historia con enorme pasión, y saben mucho así que yo solo me siento y escucho porque son conversaciones que valen mucho la pena”.
Sabaton está firmado con Nuclear Blast, un sello que ha sabido dirigirle sus productos a un público decididamente coleccionista, y entre las ediciones que suelen tener, el vinil es muy importante. Hannes está enterado y a pesar de a ver nacido en la época del CD, tiene recuerdos de esos artefactos que giran a 33 revoluciones por minuto. “Yo no crecí en los tiempos en que el vinil era la opción pero si los conocía porque iba seguido a casa de mi abuela y ahí siempre ponían viniles. En su casa no había CD’s, quizás algunos casetes, pero siempre poníamos viniles, y me acuerdo que se enojaba si no tenía cuidado al poner la aguja. Y recuerdo que le decía que si la rompía pues que se comprara otra y listo, pero ella me decía que no era tan fácil, que eran caras así que si la rompía debía pagar por el repuesto. Escuchábamos mucho jazz de big band, Ella Fitzgerald. Pero bueno, estamos aquí para hablar de otro álbum que también saldrá en vinil y que alguna abuela por ahí se va a molestar si le rompes la aguja. Mi canción favorita (de The war to end all wars’) sería ‘Hellfighters’. Tiene una gran historia, difícil de creer en 2022 pero que es real y me gusta mucho la versión que quedó en el disco”.
The war to end all wars. Un disco altamente recomendable, con mucha velocidad, doble bombo y ritmos frenéticos pero también con una semi balada, un tema tipo “Turbo lover” con sintetizador y una intro y un colofón narrados que establecen el antes y después histórico de esa terrible Primera Guerra Mundial.