Con una sonrisa colgada de los oídos te presentamos el número 190 de revista Marvin. Numerazo, hemos de presumir. Con Bratty & Zoé en portada; dos artistas con perfiles sónicos bien definidos y una labor constante y sólida detrás. Generaciones distintas, cierto; la misma pasión latiendo es sus respectivos pechos, otra verdad. Entre ambas tapas se halla un numero especial dedicado exclusivamente a artistas de la escena nacional. Date dos minutos y acompáñanos a conocer lo que preparamos.
Desde Culiacán, Bratty sonríe, ilumina sus ojos con arrojo y se pone confesional en una entrevista que va a poner varios a lagrimear. La chica trae tdbn entre manos, un trabajo que opera como soundtrack para una generación que se vio orillada ha encerrarse en casa en una de las etapas más críticas de su existencia. De la mano de Bratty regresa #EsenciaMarvin; checa el teaser de la experiencia y luego corre a MVNShop por tu revista:
Sonidos de karmática resonancia es el título del séptimo álbum de Zoé. Un trabajo, obviamente, moldeado con cubrebocas de por medio que nos muestra a una banda que se enorgullece de lo alcanzado a veinte años de su debut discográfico. Tenemos charla exclusiva con León Larregui, ¿quién más que Marvin podría lograr algo así?
Arrancamos nuestro repaso de la escena actual azteca con Lázaro Cristóbal Comala. El duranguense está por presentar Belmont, un álbum doble (¡sí, doble!) inspirado en una cantina de su tierra natal. Y sobre métodos de composición etílica y alacranes, además de Nacho Vegas y Roberto Carlos, hablamos recio con el cantautor.
Las Pijamas traen un resto de brillantina en los párpados y los puños bien aceitados para poner las cosas en su lugar. Se acompañan de un temario que no teme señalar los vicios de nuestra sociedad y un bulto de influencias entre las que destacan Bikini Kill y nuestras extrañadas Ultrasónicas. Sofi se descosió hablando con Lizbeth Serrano Gómora. Se pusieron buenos los guantazos.
Desde Tijuana, Policías y Ladrones presumen su más reciente material discográfico, Nubes. El cuarteto se anuncia ruidoso y ensoñador, con las orejas apuntando a My Bloody Valentine sin olvidarse de Pavement. Si Trump hubiera escuchado estos guitarrazos, en un chasquido pudo haber ordenado que se tumbara el muro aquél.
En la colonia San Rafael de la capital mexicana se encuentra Progreso Nacional, el estudio de grabación de Hugo Quezada. De ahí han salido los discos más propositivos de los últimos tiempos, y Daniel Pichardo decidió acercarse con tal de platicar con Quezada. Grietas y humedad, vibraciones sonoras y pandillas con guitarras eléctricas.
Cuauh vende pulseras hechas a mano en Pátzcuaro. Sin embargo, en realidad se asume como un artesano de la producción de audio. A solas, encerrado en su cuarto, ha construido un imaginario donde vomita toda la frustración que lo ahoga, recargándose en beats atascados así como en guturales donde no se mochan palabras. ¿Trap rupestre? Puede ser que sí.
Diles que no me Maten nos presenta su nuevo álbum: La vida de alguien más. La banda generó mucho ruido alrededor de Edificio, su obra previa; de manera que las expectativas respecto a esta entrega son muy altas. Los músicos se muestran satisfechos con los resultados, y así se lo hacen saber a Antonio Moreno, quién les torció la muñeca en un café para que nos anticiparan los detalles de un trabajo que dará mucho de qué hablar en próximo días.
Jacobo Vázquez es nuestro experto en cultura ochentera. Y se tira un clavado en la piscina de la música hecha con sintetizadores en México. Cuarenta años de historia sintetizados (jamás se usó mejor el término que en esta ocasión) con el fin de darle volumen a los nombres que, sin colgarse medalla alguna, han cruzado las aguas de nuestra mecánica nacional.
Por su lado, David Cortés analiza el estado actual del rock mexicano. Su repaso es panorámico, va del underground al mainstream, del público a los músicos y de los sellos disqueros a las plataforma virtuales. Arroja preguntas y formula posibles soluciones. En Marvin se apuesta por el periodismo afilado, certifícalo visitando MVNShop.
Encontramos un par de personajes que asistieron al Festival de Avándaro y con sus historias como columna vertebral pusimos de pie una pieza periodística firmada por Antonio Moreno. Así recordamos el encuentro jipiteca que tuvo lugar en 1971 en Valle de Bravo. Este mes se cumplen cincuenta años de aquel encuentro, y en Marvin ejercitamos la memoria.
La del metal es una de la escenas más sólidas que existen en el país. A su modo, con sus medios, lleva décadas sosteniéndose gracias a un ejército de escuchas fiel y un batallón de músicos que con las uñas se aferra a hacer lo que le place, a pesar del malinchismo y otros males que enquistan ese cuerpo forrado estoperoles que es el del metal mexa. Luis Jasso sabe del tema como pocos; él hace las anotaciones esta vez.
Paul Medrano empuña una de nuestras plumas preferidas. Esta vez se acercó al comal para comparar los tacos, acompañados de cebolla, cilantro y roll, con el rock. El acercamiento culinario resulta acertado; a su manera invita a reflexionar respecto a una historia que, aunque muchos consideran de fracaso, en realidad es un ejemplo de aferre que en el camino ha dejado historias auténticamente sobresalientes.
Mención aparte merece la labor de Óscar G. Hernández, quien esta vez nos habla del resurgimiento de la narrativa gráfica mexicana para luego abrirle paso a nuestros artistas invitados: Cynthia Yee, Eme de Armario y Anniemal.
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