Chenta Tsai Tseng (Putochinomaricón) no la tuvo fácil, pues la vida para los inmigrantes no es sencilla en España; él es hijo de Taiwaneses y llegó a España con 11 meses de edad para crecer en el madrileño barrio de Vallecas, que es rudo, peleonero.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
Si alguna palabra ha acompañado a Chenta en su vida esta es “discriminación” -en la calle, en la escuela, en el parque-, es por ello que cuando decidió iniciar una carrera musical, que tiene mucho de activismo y arte conceptual a la vez, es que decidió hacerse llamar Putochinomaricón, que es como le llamaba la gente más hostil y buscabullas.
El asunto es que se trata de una persona con muchos talentos: estudió arquitectura, conoce de multimedia y producción musical. A la fecha ya cuenta con dos álbumes Corazón de cerdo con ginseng al vapor (2018) y Miseria Humana (2019) y ya se encamina hacia un tercero, cosa que sucederá el año que viene, pero antes vale la pena acotar que suele también sacar sencillos sueltos.
Como primer bocado sonoro de lo que habrá de ser JÁJÁ ÉQÚÍSDÉ (DISTOPÍA ABURRIDA) lanzó un par de temas. “DM” que se antoja el plato principal y “Chique de internet”, que parece un bocadito para el postre.
Putochinomaricón se muestra obsesionado con la PC Music, que le sirve de sustrato para colar sus melodías de pop fosforescente (a lo Charli XCX). Algo hay de naive en lo que hace, le encanta ser acaramelado y cursilón o de lo contrario no se entendería ese: “Estés donde estés/ inicia sesión/ mándame un DM/ a mi corazón”.
Esa letra se combina con un video que ironiza sobre las boybands que se crean detrás del escritorio de un ejecutivo discográfico, en este caso la agrupación lleva por nombre Baobae. La conclusión a la que se llega con “DM” es: “y que «aunque no nos hayamos visto desvirtualizados/ mi amor virtual es verdadero”. Existe parodia y a la vez no; hay ternura, pero también crítica; Putochinomaricón sabe que esa ambivalencia tan extrema es el hilo conductor de nuestro tiempo.
https://www.youtube.com/watch?v=CkKrRbj8-IE
Mientras tanto, en “Chique de internet”, que es también PC Music, habla sobre los físicos virtuales y la construcción de la belleza en internet, donde la cosa se concreta a: “Retocar y licuar, cosmética virtual”.
Nadie puede decir que Putochinomaricón no esté inmerso en este mundo -vamos, que es un intenso protagonista-, pero antes que quejarse a la distancia, prefiere encauzar su propia guerrilla estética desde las entrañas del enemigo.
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