El pasado 17 de julio asistimos al concierto que Porter y Odisseo ofrecieron en la Curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez, en la modalidad de palcos al aire libre. Una forma segura de acercarnos a la música en directo. Tenemos acá los detalles de la experiencia.
TXT:: Pamela Pérez
FOT:: Lulú Urdapilleta & Liliana Estrada
Después de pasar tres filtros de seguridad con el fin de disfrutar al máximo, se podía sentir la vieja sensación de estar en un concierto, pero a la vez era diferente; rara la situación, todo se manejaba por códigos QR y, claro, cualquier producto se entregaba sanitizado. Así hasta que a las 20 hrs Odisseo comenzó entonando “Invencibles”. El público, tranquilo, en su pequeño espacio de seguridad, con uno que otro por ahí, cantando a todo a pulmón.Sin embargo con la llegada de “Barry” todo cambió, la audiencia se fue calentando, lista para gozar con la siguiente: “Me alejo”. Juan Pablo López habló entonces de “Tiemblo de ti”, un tema que lleva un mensaje importante de aceptación y aprendizaje. Al final, con 18 canciones detrás, Odisseo salió de escena con una sonrisa de oreja a oreja.
Al cabo de unos minutos, con un cambio de escenario, Porter se anunciaba con los sonidos propios de un bosque nocturno; la atmósfera cambió tanto que el cielo cooperó nublándose. A las 21:30 hrs ya sonaba “Cuxillo” y las palabras de los de Guadalajara fluían: “los extrañábamos mucho, qué bonito estar aquí otra vez”. Luego, de forma súbita llegó “Host of a ghost” y todos al unísono cantamos “lovely, lovely times, nothing but…”.Siguieron “La china”, “Cuervos”, “Pájaros” y “Sonámbulo”; él último, un tema lanzado a mediados de mayo. Las parejas se besaban y los amigos se abrazaban, bailando como antes, aunque sin rebasar el espacio asignado. Pese a que Víctor y Sergio no se encontraban presentes, fue un concierto para disfrutar los clásicos de Porter; y aunque, sí, fueron pocas las canciones ejecutadas, disfrutamos un poco de música cara a cara, nuevamente, ante la inminente oleada de contagios que se avecina.