Música

Orcus O Dis: un sonido sentimentalmente bruto

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Ambulante 2024

Post mortem es el nuevo material discográfico de Orcus O Dis, sexteto juarense de death metal melódico que con los años ha variado un poco su estilo; lo suficiente para que se note, pero no tanto como para que parezca otra banda. Se trata de un disco autogestivo, y como suele suceder, eso implica beneficios y detalles. Estará disponible desde el primero de julio.

TXT:: Luis Jasso

En el caso de este EP que en suma alcanza alrededor de 25 minutos de duración, encontramos una banda mucho más madura en lo musical, que incorpora de lleno elementos que durante años no formaron parte de su concepto: orquestaciones, camas de teclado, pianos. Sin embargo nadie debe temer, pues no se ha abandonado el sonido brutal en favor de la música electrónica o el metal sinfónico; se agregó un poco de sal y pimienta al platillo: en dosis correctas, condimentos que mejoran el sabor, no lo cambian radicalmente.

De acuerdo a la misma banda, ésta apuntaba a lograr un sonido “crudo, poderoso y orgánico”, y en cierto modo lo logró. Justo ahí nace el único “pero”: el riesgo de la autoproducción es que puede dejar un poco descuidado algún aspecto del sonido, y en este caso sucedió con la mezcla. Para nadie que conozca Orcus O Dis es un secreto que sus miembros son buenos músicos y que su baterista es una máquina; pero en este disco la máquina está un poco escondida. Es un instrumento difícil de grabar y más difícil de mezclar, pero es clave, y ese es justamente el talón de Aquiles en Post mortem.

Entre los elementos destacados, que realmente sobrepasan con creces los negativos, está el uso del sintetizador y el piano. Sobre todo este último aparece en salpicones breves, pero con una idea muy clara de que es un instrumento capaz de transmitir emoción, y en el caso de Post mortem aporta dramatismo. Y si bien a lo largo de siete canciones el común denominador es un muy buen trabajo en las guitarras (bajo incluido), el uso de teclados y sintetizador aporta atmósferas y toques de elegancia a un concepto que fusiona de manera muy natural la agresión del death con la idea de melodía. 

Probablemente la canción que más se aleja del clásico Orcus O Dis, pero que al mismo tiempo sienta las bases de cómo podría ser su futuro es “Man in flames”. En poco más de cinco minutos, la banda ofrece riffs demoledores, coqueteos orquestales, solos de guitarra impresionantes que parecen soliloquios de violín en una pieza de música clásica electrificada, maldecida; una excelente línea vocal que, a pesar de ser cuasi gutural, transmite sentimientos de brutalidad que se puede tararear en un ambiente predominantemente oscuro. Es una canción que se siente como un viaje en carretera en el que vas a 110 km/h pero en las curvas pronunciadas frenas con motor para evitar una tragedia, sólo para acelerar de nuevo cuando regresas a la recta.

Eso es Orcus O Dis en 2022: una banda que avanza y arriesga sin descarrilarse. Y ojo, la falta de claridad en la mezcla es pecata minuta, porque si el disco fuera prístino se perdería ese elemento de crudeza que tanto define a sus autores. Cada vuelta al disco ofrece más detalles y deja en claro la enormidad del trabajo musical que es. Simplemente hay que rasparle algunos bordes rugosos (y eso en ciertos casos, porque los más entendidos en términos de death metal no querrán pulirle nada). ¡Discazo! 

Auditorio BB