Música

Mula: los Mundos soñados por unas Ciborgs dominicanas

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Ambulante 2024

El año pasado tuve que escribir una vez más de las hermanas Mirabal o Las mariposas, como también se conoce a Patria, Minerva y María Teresa; y ello debido a que su férrea resistencia a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo provocó que fueran asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por los militares.

TXT:: Juan Carlos Hidalgo

A partir del año 2000, la ONU emitió una resolución para que en recuerdo de dichas féminas combatientes se conmemoré en todo el mundo el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La gesta de estas damas incluso fue llevada al cine hollywoodense, por lo que su estela se ha esparcido.

Ni duda cabe que se trata de un capítulo histórico de gran importancia, pero seguro que los dominicanos han de estar hartos de que sea de lo único se hable del país año con año; el otro tema tiene que ver con los beisbolistas que llegan a las grandes ligas, y párenle de contar.

Por fortuna, el arte siempre pelea a la contra, y a través de la música es posible tener delante a una República Dominica totalmente actual e incluso con cierto aire futurista. En el año que se fue surgieron dos álbumes sencillamente tremendos: Mandinga Times de Rita Indiana, un inesperado regreso tras 10 años de ausencia (y del que hablaremos en la revista de febrero) y la tercera entrega (más un disco de remixes) de una agrupación que se ha encargo en convertir en un mutante al acervo folklórico de su país al filtrarlo por una máquina que procesa música electrónica bailable.

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Si algo ha distinguido a las mellizas Anabel y Cristabel Acevedo (que se encargan de las voces) y Rachel Rojas (encargada de las programaciones) es una enorme capacidad para asimilar música popular, tanto de la parte latinoamericana como del entorno anglosajón. Mula son un brebaje tropical, una poción caribeña que se apropia de los recursos tecnológicos que le hagan falta para dejar un discurso que lo mismo conoce de la lírica de Juan Gabriel que de trovadores quisqueyanos.

Las chicas procedentes de Santiago de los Caballeros tardaron 3 años en lanzar un nuevo disco y en el proceso entendieron que forman parte de la escena electrónica internacional y tomaron distancia de las expresiones de rock y folk locales; para ello su experiencia como parte del Festival Sonar en Colombia fue definitiva, tan es así que han explicado con claridad la estética de Mundos, editado por Costa Futuro: “es una traducción de la música caribeña a un lenguaje global y digital. Tomar esa música raizal, deconstruirla y llevarla a un lenguaje de sintetizadores, de música que se hace con una señal digital. Eso es como llevar toda esa música que traemos en nuestra sangre del Caribe, pero traducida a un lenguaje de música electrónica”.

Y todo ello lo sentimos en “Agua que quema”, con su bullanguero estribillo: “Y cuando esto se acabe vamos to´pal´malencón/ brindas con agua que quema y lo volvemos canción”. Los temas de Mula tienen la inmediatez de las verbenas populares con una actitud de ser consecuentes con el sonido electrónico del siglo XXI. En ellas encontramos merengue y reguetón, pero procesados, retorcidos… hasta obtener un híbrido; han creado el “Ciborg” del que hablan en la canción de apertura (e incluso han creado sus avatares tridimensionales que aparecen en sus directos). Ellas cuentan que cuando toca turno a las secuencias de sintetizador piensan en Ladytron y a la hora de hacer percusiones se inspiran en Chichi Peralta.

Pensemos que Bomba estéreo y Choc Quib Town son la cresta de una ola; Mula avanza en su interior teniendo como acompañantes a Cero39, Mitú, Montoya, Sistema Solar y, por supuesto, Nicola Cruz. Son varios los exploradores sonoros que abren brecha hacia un nuevo continente musical latino. No en vano cuentan que en “Ella sabe” apuestan por: un flow jamaiquino, haitiano, dominicano, puertorriqueño, cubano y hasta de refilón se acuerdan de la música de los tainos -pueblo originario de la región-.

Al final, en las 13 piezas que conforman el álbum dejan constancia que técnicamente han mejorado mucho y que han avanzado también en el arte de la composición de lo que ellas llaman a veces “merengue sádico”, sin por ello perder ni siquiera un poquito de frescura. Sin duda alguno debemos destacar hasta donde han llegado con “Moderna” (Ellas perfilan perfectamente de que va la canción: “es un dembow elegante, con una intro sexy, bien drag queen, trans, travesti, fiesta. La hicimos por eso, aquí a las chicas trans se denominan mujeres modernas y son bien cool”),“Y ahora” y, especialmente, “Dos cuerpos” -totalmente fogosa- más “Delirio”, que cierra el disco en lo más alto.

Las Mula son candela; tragos sonoros que raspan la garganta e incitan al pecado. Son artistas bien enteradas del devenir global de la música. Las Mula no son prejuiciosas y de ello sacan el máximo provecho. Su pop electrónico está destinado a mantener en lo más alto la danza de la aldea global.

Fotos vía Facebook.

 

Juan Carlos Hidalgo

Juan Carlos Hidalgo

Embajador de Tuzolandia por el mundo. Su novela más reciente es 'Ya no más canciones de amor' (Ed. Gato Blanco). En Marvin, coordina las colecciones 'Rock para leer' y 'Tinta sonora'. Forma parte de la Red de Periodistas Musicales de Iberoamérica (REDPEM). Su libro más reciente se titula 'Una ópera egipcia', poemario a partir de un álbum de Los Planetas.

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