Desde su aparición en 1988 -¡Hace más de 30 años!-, Mudhoney se mostró como una banda aguerrida, llena de nervio y músculo que se dejaba llevar más por el instinto que por la técnica; ese temperamento le servía para irse abriendo paso, primero en la escena de Seattle y luego a nivel internacional como parte de esa vorágine llamada grunge.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
Y en 2023 ya van en su duodécimo álbum que los encuentra incaudicables… incorruptibles, totalmente aferrados a sus principios y convicciones… ¡siguen rockeando duro y firme! Lo mejor del asunto que todo ese cúmulo de rodaje y experiencia les aporta toda la solvencia necesaria para sonar con total aplomo y contundencia.
A estas alturas de su trayectoria Mark Arm tiene clarísimo lo que desea obtener y Plastic Eternity (que los encuentra todavía militando en el histórico sello Sub Pop) es un gran manifiesto: un grupo perfectamente aceitado, mayores recursos técnicos a cuestas y una furia que no se rebaja ni tantito desde el corte de apertura, “Souvenir of My Trip”, que inaugura este carnaval de guitarras.
Herederos de Mark E. Smith y The Fall presumen de ser rugosos, ásperos y estridentes y su veteranía les permite entregar canciones tan poderosas como “Move Under” y “Almost Everything”; hoy por hoy Mudhoney lucen un estado de plenitud que supera por mucho a los alicaídos Smashing Pumpkins, que aparecieron un poco después que ellos.
Casi podríamos decir que esta combinación de rock, psicodelia y algo de fuzz ha dejado una terna de canciones que mucho justificarían la existencia de Plastic Eternity, pero seríamos injustos con otras piezas como “Cry Me an Atmosferic River” de un total de 13 que lo conforman.
Mudhoney nos deja completamente satisfechos de que sigan vigentes y peleoneros –de nostalgia nada-, de que carguen a sus discos de aspectos socio-políticos al tiempo que puedan cerrar con un divertimento de la talla de “Litte Dogs”, dedicada a las mascotas de raza pequeña.
Quizá el rock tenga que estar agazapado por una temporada, tal vez regrese a cierta marginalidad que hasta le sienta bien; Mudhoney le da probidad al rock de nuestros días y ello no es poco decir.
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