Opinión

Morir en un concierto

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Morir en un concierto
Ambulante 2024

#EnMisTiempos por Arturo J Flores

Escribió una tuitera que vio como sacaban al muerto del río. El Diario de Morelos consignó que cuando el personal de rescate se acercó a brindar los primeros auxilios a la persona que falleció en Carnaval Bahidorá, la víctima ya no se encontraba viva.

Se especula que antes de ahogarse, pudo sufrir una sobredosis, aunque tampoco se ha informado que esto último haya sido comprobado.

muerto en bahidora

Pero Bahidorá sí reconoció que alguien perdió la vida en medio del Festival.

“Hoy lamentamos profundamente comunicar el fallecimiento de un asistente a Las Estacas, Morelos”, publicó la producción en su cuenta de twitter. “Hemos cooperado con las autoridades de acuerdo a (sic) protocolos establecidos, y hemos estado en contacto directo con familiares de la víctima, a quienes hemos expresado nuestras más sensibles condolencias”.

bahidora 2019 fallecido

Lo cierto es que ante la escasez de información oficial, las teorías se disparan. Pero sobre todo se comparten irresponsablemente. Una de las consecuencias más cuestionables de las redes sociales. Como dijo una vez pronunció Clint Eastwood, “las opiniones son como los culos. Todos tienen una”.

Para alguien que fue adolescente durante la seguía de música en vivo en México, resulta muy triste que haya quien pierda la vida en medio de un concierto. Sucede poco, es verdad. Pero no debería pasar nunca. Unas veces por negligencia de la organización. Aunque tampoco hay que ocultar que muchas tragedias se podrían evitar si los asistentes fuéramos un poco más responsables.

No estuve este fin de semana en Bahidorá. Pero sí en el concierto de despedida de Ska-P en el Palacio de los Deportes, celebrado en octubre de 2005. Pocos lo recuerdan, pero ahí falleció una niña de 13 años. Porque al público le pareció divertido comenzar a saltar desde el primer piso del recinto hacia la pista. Hasta que Patricia, así publicaron los periódicos que se llamaba la joven, cayó desde las alturas sin que nadie la cachara. Murió horas más tardes en el hospital.

muerto en concierto de skap

En 2017, otro joven falleció en el hospital después de haber asistido al Knotfest 2017, según consignó una nota de Chilango, a consecuencia de “asfixia por obstrucción de vías respiratorias por contenido gastroalimenticio”. En otras palabras, se ahogó con su propio vómito.

muerto en knotfest

Lo más triste de una tragedia no es que suceda, sino que se puede evitar.

Recuerdo aquella primera visita de Green Day a México. Tuvo lugar el 28 de octubre de 1998. El público se encontraba tan eufórico que comenzó a bailar slam con la música grabada que salía por las bocinas, previo al show. De ahí a que comenzaran a catapultarse los cuerpos pasó un segundo. En un momento determinado –eso sí lo vi con mis propios ojos –entraron los paramédicos para auxiliar a un chico que había volado por los aires y aterrizado sobre el concreto.

Lo sacaron inmovilizado.

Me pasaron varias preguntas por la cabeza.

¿Sentirá un gran dolor?

¿Volverá a caminar?

¿Cuánto tiempo habrá tenido que ahorrar para comprar su boleto?

¿Quisiera regresar el tiempo y haberse quedado tranquilo, esperando a que saliera Green Day?

El hecho es que ya no vio el concierto.

Mismo caso en durante la actuación de los noruegos Dimmu Borgir el 30 de abril de 2004 en el Circo Volador. Shagrath, el vocalista, tuvo que interrumpir el concierto en las primeras canciones para que los paramédicos sacaran a un joven que se partió la cabeza en medio del slam.

A un buen amigo le tuvieron que casi reconstruir el hombro cuando se lo fracturó por culpa del mismo ritual en el concierto de Ozzy Osbourne en el Foro Sol.

Y podría mencionar otros casos.

No es que sea espantado o moralino. También bailé slam, consumí drogas o bebí alcohol durante un concierto. Pero es innegable que cuando nos colocarnos en situación de riesgo, es mucho más probable que la fatalidad nos encuentre con la guarda baja.

Hace poco platicaba con una amiga que trabaja en una promotora de conciertos. Le preguntaba por qué siempre, durante los shows en el Foro Sol, se cierran todos los accesos cercanos a Río Churubusco y los peatones nos vemos obligados a caminar dos kilómetros para salir a la calle. De por sí está uno agotado y encima, hay que peregrinar para buscar una forma de volver a casa.

Me contó que la decisión se tomó en conjunto con la Delegación para que, con la caminata, a los que bebieron de más o se metieron alguna droga, se les baje lo más posible el efecto. Porque en el pasado salían del Foro demasiado eufóricos y se ponían a torear automóviles sobre las avenidas, poniendo en riesgo sus vidas y las de los conductores.

En ocasiones, los Festivales anteponen la ganancia económica a la seguridad de sus asistentes. Pero en otras, somos los asistentes quienes actuamos irresponsablemente durante los conciertos.

La música es maravillosa, pero nada justifica morir en un concierto.

Foto de portada por Natalia Tovar

Staff

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