El primer y único campeonato del equipo de futbol Atlas de Guadalajara databa de 1951 y tuvieron que esperar 70 años para que llegara un segundo, pero ahora ya tienen 3. Ya son el tercer equipo bicampeón en la era de los torneros cortos en México. Se han alejando de tiempos oscuros en lo que constantemente se salvaban del descenso in extremis.
El detalle importante se encontraba en una frase que acompañaba a los rojinegros durante muchos años: ¡Yo le voy al Atlas… aunque gane! Dado que el destino manifiesto del equipo del paradero era la derrota y las constantes burlas de los seguidores del resto de los equipos.
Pero les aplicaron un profundo cambio de mentalidad, centrado en las ideas del argentino Diego Cocca, que venía de ser campeón con Racing. ¡Y la transformación se ha dado! Basada en el esfuerzo, la perseverancia y trazar una estrategia conociendo a detalle fortalezas y debilidades. No son espectaculares, pero si efectivos.
Atlas se coronó campeón ayer domingo 28 de mayo, mismo día en que el automovilismo mexicano tuvo su día histórico de mayor gloria. El piloto, también tapatío, Sergio Pérez se impuso en el gran premio de Mónaco, un circuito callejero que este año se vio afectado por la lluvia y que traía consigo un riesgo muy alto de accidente. “Checo” sorteó con maestría el arranque postergado y las difíciles condiciones climáticas.
Mismo día en que “Pato” O’Ward, también mexicano, quedaba en segundo lugar en las famosas 500 millas de Indianapolis y estuvo cerca de ganar en un intento final. Otro deportista nacional brillando.
Por supuesto que los mexicanos pueden ganar o perder, pero es perceptible un cambio de postura ante sus antecesores; saben que pueden y deben competir de igual a igual para después esperar un resultado positivo.
Quizá en el automovilismo un elemento crucial es la calidad de cada uno de los respectivos vehículos que condujeron los pilotos mexicanos; pero bueno, cuentan con máquinas muy competitivas y ahí están los hechos.
Ello contrasta con lo que ocurría con el Atlas, que en el pasado saltaba al campo perdiendo uno a cero desde antes que silbara el árbitro el arranque del partido. Para decir adiós al derrotismo, lo primero es el convencimiento de que se tiene el talento para competir y que las capacidades no están por debajo de los rivales.
Jugadores como Camilo Vargas, Aldo Rocha y Julián Quiñones dieron ejemplo de que podrían competir al más alto nivel del futbol internacional y hacer dignamente. Están convencidos pues de que pueden competir… no están derrotados desde el comienzo.
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