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¡Marvin 198! En papel o digital, ya a la venta

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Ambulante 2024

Volvemos, aferrados somos, con un ejemplar que coincide con la celebración de Marvin Gateway. Por ello tenemos en portada a Los Bunkers, Queens of the Stone Age y Wiplash. Así que, sin más, vayamos desmenuzando su contenido mientras das clic aquí y te haces de tu número, ya sea en papel o en formato digital.

“Con las pandillas hay temas que no se pueden tocar. Claro, formo parte de ello y canto sobre algunas cosas, pero no deja de ser peligroso, hay gente arriba. Es una subcultura de Estados Unidos en la que existen cosas que puedes hacer y otras que no. Lo que yo hago es con permiso”. Habla Leafar Seyer, la cabeza (rapada y tatuada) de Prayers, quien frente a Joel Rodríguez se confiesa sin tapujos sobre la vida en la calle y la forma en la que palpa la música. Referente ineludible cuando se habla de “chicanos, latinos, cholos y pandilleros, y evidentemente de las escenas musicales dark, gótica y post-punk revival”, según Rodríguez.

Los Sleaford Mods son consentidos de Marvin, así que agendamos una cita con Jason Williamson mientras Andrew Fearn lo observaba a la distancia. “Llevo siete años sobrio. Estoy en un lugar más feliz ahora. Definitivamente puedo crear sin alcohol ni drogas”, le dice Jason a Marco Patiño en la plática. La dupla inglesa trae entre manos un nuevo álbum (UK GRIM) con colaboraciones del calibre de Perry Farrell y recientemente se presentó en Coachella. Se trata de dos punketas de puños rudos que, pese al gesto torcido que suelen mostrar, son empáticos y siempre buscan acordar. Lee la entrevista completa en papel dando clic aquí, que Patiño sacó sus mejores trucos como entrevistador.

Eduardo HG es un experto en hip hop. Sabe a la perfección la importancia de Ximbo en la escena nacional. Así lo dice: “Antes de que el rap hecho en el país fuera reconocido como tal en la intelligentsia​ mediática musical. Cuando Control emergía, más o menos; eso sí, antes de Cartel. Sí, antes de que el Vive Latino programara por primera vez una carpa dedicada al género en 2003. Mucho antes del Sector Lúcido y del Sonido Líquido, de los Rapza de Ricardo Bravo, de Sociedad Café. Antes y en paralelo a todo eso, Jimena de Santiago Alanís a.k.a. Ximbo a.k.a. Sista Flava, rapeaba sobre las calles, las tarimas y los estudios caseros”. Textazo. Cálalo completo en nuestra Marvin 198.

Nos fascina todo lo que edita el sello Sub Pop. Como Lael Neale, por ejemplo. La mujer nació en los campos de Virginia, aunque “migró a la ciudad de Los Ángeles con tal de potenciar su carrera musical. Debutó en 2015 con un álbum de folk que no tuvo gran repercusión, pero en 2021 sacudió al mundo con su primer disco. Ahora estrena un nuevo larga duración, Star eaters delight, una obra con la que abandona la capital californiana para regresar a la granja de su familia donde, explica ella misma, encuentra la paz del campo”. Jonathan Villicaña se encontró con Neale digitalmente y deshebró el contenido del álbum más reciente de la estadounidense. Platicaron sabroso y tú deberías atestiguarlo. 

Moby. Levanta pasiones. Lo sabemos. Y le contó algo a Jorge Gutiérrez en entrevista exclusiva. Checa nada más: “Tengo 57 años de edad y no escucho música pop. No me importa, me suena muy tonta. Cuando era joven la música pop podía ser cualquier cosa. The Clash, Public Enemy, The Beatles, los Rolling Stones. Música inteligente con un gran sentido político y social. El pop podía cuestionarlo todo. Y era tan inteligente y hermosa. No tengo nada en contra de los Harry Styles que hay por todos lados, sólo que no veo nada político ni social ahí, tampoco belleza. No veo que se cuestione a la autoridad. La música pop actual es producto de un sistema que nunca cuestiona al mismo”. ¿Qué esperas para leer el texto completo? Dale por acá.

Jamás nadie les olvidó. Siguieron sonando, todo el tiempo. Sólo se trató de una ausencia escénica pues el eco de sus canciones resonaba continuamente. Aliviados, descubrimos que están de regreso bajo reflectores. Los Bunkers. Así que nos encerramos con ellos en una sala para ver videos viejos, repasar discos clásicos y hablar sobre cambios generacionales y ciudades mutantes. Alejandro González Castillo llevó la charla, el quinteto chileno repartió los enunciados. “Los clásicos serán siempre modernos”, se dijo en algún momento del encuentro; descubre el por qué haciéndote de este número 198, búscalo en papel o en formato digital sin olvidar que el primer caso es el que los coleccionistas atesoran con ilusión.  

Hablando de coleccionistas, vaya que los Queens of the Stone Age llevan años hilando grandes canciones. Y, al igual que los chilenos, el combo ha vuelto a las andadas, y lo hacen de la mano de un nuevo álbum: In Times New Roman. Con ello a cuestas, Maraliza Acevedo armó una reunión virtual con Troy Van Leeuwen (Josh Homme andaba cerca de éste, seguro cambiándole las cuerdas a su instrumento) y se charló sobre la luz y la oscuridad que las canciones que valen suelen despedir. Obvio, una exclusiva que sólo Marvin podría ofrecer. Date “Emotion sickness” a continuación, agarra aire para leer la pieza entera.

Nuevas generaciones de creadores de contenido surgen a diario. Algunos tomando guitarras como armas; levantado polémica, apaleando el avispero con canciones e impresiones que hacen ver cómo el pop siempre busca caminos alternos, a veces jamás imaginados, para manifestarse a su manera. Wiplash se para enfrente de Alejandro González Castillo con un discurso que muchos creerían arrogante; aunque temperado podría ser también un buen modo de definirlo. La pregunta es, ¿en realidad qué hacen estos caballeros de matas largas y cueros tatuados, rock tumbado, trap & roll? Acércate y escucha. Decide.

Gilma Luque aprovecha un recuerdo suyo, muy personal, entrañable, para dar pie a sus puntuales comentarios sobre El polaco, el más reciente libro de Coetzee publicado por la editorial argentina El Hilo de Ariadna. Este libro “es una provocativa variación de una historia legendaria”, se ha dicho por ahí, y Gilma lo pone sobre la mesa mientras nos desenvuelve una memoria amorosa inocente y fulminante. Tenemos a las mejores plumas de nuestro lado, Luque es una de ellas y su colaboración para Marvin 198 no deja dudas. Relájate, toma la revista en papel y ponte a leer con calma. Te garantizamos con la palma en el pecho un buen viaje.

Saraí Chávez vive en Monterrey y desde aquellas tierras, para nuestro número 198, preparó una relato donde una librería se transforma en el epicentro de un hallazgo, fantasmal quizá, epifánico tal vez. “Pienso que me he topado con el tipo de hombre que cree que una mujer no sabe más que una canción de Led Zeppelin cuando lleva puesta una playera de la banda e interroga en plan chingaquedito para juzgar”, apunta Chávez en algún momento de su historia, mientras se agacha, se tuerce el cuello y se contorsiona como poseída, buscando “un tesoro entre libros viejos y llenos de polvo”. Voz nueva la que te presumimos; acércate a leerle dando clic aquí. Y escucha a LedZepp a buen volumen, ya que salieron al cuento Robert Plant y sus colegas.

Escribimos renglones arriba que Marvin tiene de su lado a las mejores plumas. Por si todavía no nos crees te presumimos que Norma Lazo escribió un texto titulado Artificios para matar al monstruo en éste, nuestro ejemplar 198. Y parte hablando de John Merrick, un fenómeno de circo que padeció una enfermedad infame (el síndrome de Proteo) , sin embargo el caso la lleva a citar lo mismo a David Cronenberg y David Lynch, que a Susan Sontag, Arthur Conan Doyle y Mary Shelley. Estupendo ensayo sobre la monstruosidad y la enfermedad. “El peligro corporal se esconde, como cualquier otro engendro, en lugares inusitados y ocultos: las profundidades de nuestras vísceras, las esquinas de la estructura ósea, las cavidades de los esfínteres, entre los músculos, debajo de los pulmones, en las paredes de nuestras fibras”, relata Lazo.

Arody Rangel, por su lado, se echa un clavado para bucear entre los arrecifes menos soleados de nuestro presente. Puntillosa, señala: “En la distopía orwelliana, el poder se servía de un sistema de vigilancia 24/7 a través de pantallas, de un Ministerio de la Verdad y una Policía del Pensamiento para asegurarse de que todas las personas se mantuvieran a raya y acorde al doblepensar; lo que se jugaba en ese escenario de ficción no era otra cosa que la verdad, o más bien, su manipulación, mantenimiento y reproducción. Aquí y ahora, indiferentes, desmemoriados y acríticos, el poder no tiene (aparentemente) más necesidad de ejercer presión sobre nosotros”. Busca nuestro ejemplar físico, ya sabes textos como éste se gozan mejor en papel.

Y hay más en nuestro número 198. Como siempre, Óscar G. Hernández nos habla de cómic y narrativa dibujada (en esta ocasión aborda La Mala Senda, un estupendo trabajo de Salvador Jacobo en un texto titulado Las violentas tripas de la cotidianidad mexicana). Al tiempo, mostramos los trazos de dos artistas de primera, Magenta Magnelli y Amorela, y repasamos la obra del magnífico Stefan Sagmeister. En fin… numerazo, otra vez. Y qué creen, seguimos en papel porque le continuamos apostando al periodismo. Busca este ejemplar, y otros, dando clic acá y saliendo a la calle. Recuerda que, como la música, estamos por todas partes. 

Staff

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