A través de la música instrumental -a medio camino entre el ambient y la clásica contemporánea- se abre la posibilidad de viajar hasta donde el escucha se lo proponga. Regreso varias veces a Sonámbulos, el primer álbum en solitario del argentino Martín Caamaño, y me siento dentro de algunos de los libros de Antonio Tabucchi.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
El álbum comienza con “…” y sigue con “Ruinas”… es una experiencia sutil a la que creo que le viene bien las siguientes líneas: “En un estado a mitad de camino entre la conciencia y la inconsciencia, entre la experiencia de lo real y la percepción del sueño, un hombre se encuentra, sin saber explicarse cómo, en una Lisboa desierta y tórrida…”.
Han sido escritas para Réquiem, pero también podrían relacionarse con tar dentro de Sueños de sueños. Los tres últimos días de Fernando Pessoa (2000), un aparato narrativo concebido por un italiano que se volcó sobre su pasión lisboeta y el estudio de la vida y obra del poeta de los heterónimos.
Podría yo pensar que es casi un delirio mío asociar a Sonámbulos y sus siete cortes con Lisboa, pero resulta que el que probablemente sea el mejor track de la entrega lleva un nombre en portugués: “Saideira”.
Se trata de una palabra que alude al acto de tomar una copa final en un sitio antes de moverse y seguir la fiesta en otra parte, por lo que podríamos traducirla como “La caminera”-un término muy usado en México por la gente que entiende las juergas-.
“Saideira” es el tema en el que pisa el acelerador y hasta podría coquetear con el dancefloor; además se nutre de una rítmica latina que lo conecta con Brasil. Se trata de un elemento clave, pues durante una conversación con el periodista Martín E. Graciano afloró su relación con Río, ciudad en la que vivió su padre media vida: “ ‘Ciego de tanto verlas’, como diría Caetano. Yo había pensado en algo más invernal y centroeuropeo, pero salí a caminar con el disco en los auriculares y me sorprendió que pegara con el ambiente. Había un contraste que funcionaba. Yo soy bastante de controlar lo que hago, pero cada vez que suceden estos giros inesperados se te demuestra que algo así tiene independencia. Que está vivo”.
Para Martín Caamaño, quien durante años fuera miembro de la banda Rosal y parte relevante del rock argentino, Sonámbulos que funcionó en Río de Janeiro, luego entonces no habría problema alguno para que me funcione con la Lisboa imaginada y contada por Antonio Tabucchi; El disco se adapta a otro fragmento escrito para Réquiem: “Se entrega así al flujo del azar, según una lógica que sigue las libres asociaciones del inconsciente. Y se encuentra frente a un recorrido que lo lleva a a tratar de resolver los nudos de su estado alucinatorio”.
Sonámbulos es un álbum para abordar desde la duermevela… ofrece una experiencia etérea a través de guitarras huidizas o esquivos sonidos de piano… luego vendrán las dosificadas programaciones rítmicas para ir conduciendo el viaje… uno que puede darse en la Río de Janeiro de la infancia del autor o bien en la actual Buenos Aires donde radica e incluso en esa Lisboa inventada por Tabucchi… todo es posible en el arte.
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