Música

Maria Arnal i Marcel Bagés: el clamor profundo

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Una fosa clandestina descubierta en Burgos les llevó a concebir su álbum debut 45 cerebros y 1 corazón (2017), en el que dieron una vuelta de tuerca al folklore regional, aunque ya se proponían revolucionar su propuesta, llevarla hasta la galaxia más asequible. En 2021, encontramos a Maria Arnal i Marcel Bagés ofreciendo un concierto desde la sala dedicada a El Bosco, en el Museo del Prado; luego, Radio 3 produjo el acto teniendo de fondo a El jardín de las delicias, una pintura en la que conviven maestría y delirio.

FOTO:: Álex Rademakers

Y justamente ambos aspectos perviven en Clamor, un disco que conduce al pop electrónico hasta su expresión más experimental y de vanguardia, dado que sintetizadores y secuencias son los acompañantes principales de una obra en la que la voz predomina, ya sea brotando prístina o desdoblándose a través de filtros y procesadores hasta hacerse coral. El productor que potencia a la pareja es David Soler, quien tiene talla de figura global y que precisamente llevó a Maria y Marcel a contactar a Holly Herndon, creadora también obsesionada con la voz y la Inteligencia Artificial. La Labor de David también ha incluido los arreglos de cuerda -finos y sutiles-.

Pero Clamor (Fina Estapa, 2021) no es un disco frío o demasiado cerebral, Maria imprime una cuidada emotividad al contar detalles muy personales que van de su experiencia directa a sus hallazgos investigativos. Sin duda las letras poseen un aliento poético, aún cuando se hacen más crípticas. Quizá de no ser por las declaraciones de la propia Maria no nos enteraríamos de que se trata de un álbum provocado por un rompimiento sentimental. A partir de ello podemos interpretar de una manera distinta ese: “Que la vulnerabilidad me haga más libre, más justa”, que suelta “Milagro”, el corte inaugural.

Porque también es cierto que el punto de partida de este nuevo trabajo fue la exposición Después del fin del mundo, que trata sobre la terrible transformación del planeta después de siglos de intervención humana sobre los ecosistemas. Tras impactarse con lo mostrado en el CCCB de Barcelona, Arnal y Bagés terminaron por contactar al comisario, José Luis de Vicente, para que les ayudara a desarrollar el concepto. Al final, Maria unió ambas circunstancias: “Precisamente estaba yo pensando en un final: el mundo se termina y al día siguiente tú estás ahí, teniéndote que inventar el fin del mundo”.

Entonces fueron dando aire y espacio al proceso de composición; Maria se radicó en Grecia y desde allí enviaba sus avances. Por su parte, Marcel fue mucho más arrojado con la parte electrónica y entreveró muchas grabaciones de campo con efectos crepitantes y bajos densos. Lograron ser mucho más arriesgados sin que por ello se perdiera su respeto por el pasado. De hecho, de las 11 piezas que integran Clamor sólo una se advierte como adaptación procedente del ámbito popular, pero con un fuerte acento mitológico; “El cant de la Sibil·la” es una obra litúrgica medieval que se canta en la Misa del Gallo, sobre todo en las Islas Baleares. Ahí se sumó Holly Herndon, emocionada por enfrentar la narrativa desde el punto de vista de un animal o un objeto. El resultado acusa influencia de lo hecho por Björk, tanto en Medúlla como en Biophilia.

Aunque de principio a fin se conserva el espíritu de la canción -con lo experimental a su servicio-, y ello se siente en uno de los temas de impacto inmediato. “Fiera de mí” se muestra más accesible dada su naturaleza rítmica y esas frases casi surrealistas: “¿Quién quiere nacer humana? / ¡Qué sopor la humanidad! / Provocar el fin del mundo/ inventar la identidad…”, para luego llegar a un estribillo que se ha esparcido como reguero de pólvora: “Caminito de perlas… muérdeme, muérdeme el cuello”. Pop mutante en su más elevada expresión.

Y entonces llega otra participación de gran calibre; en “Jaque” aparece el Kronos Quartet, quien al lado de Maria Arnal i Marcel Bagés crean una pieza que comienza con trinos de pájaros para ir cobrando intensidad hasta hacer retumbar los muros con la potencia de sus programaciones. Entonces Maria convoca: “Escucha profundo / siente el clamor que habita en nuestras profundidades”. Quizá sea la pieza que más eleva la intensidad y se convierte en un matorral eléctrico raro y atrayente… que cuela un sendero de voz que dice: “Alza la voz, alza la voz”… hasta fundirse.

Clamor es un disco mitológico y místico donde la técnica abrillanta al discurso mientras sus elementos se cohesionan; así lo deja de manifiesto “Tras de ti”, en el que Joan Bagés -hermano de Marcel– comanda al Morphosis Ensemble para tejer una telaraña sonora que va creciendo conforme avanza y que termina por casi quemarnos la piel: “No se puede huir si el incendio arde por dentro”.

Quizá no un disco que entre a la primera escucha, pues es demandante, exigente, con el escucha; sabe cómo sacarlo del sopor y llevarlo al Clamor con brotes que parecen muy antiguos y que, sin embargo, emanan del ejercicio virtuoso de la imaginación. Aquí lo experimental tiene hondas raíces al tiempo que una energía cósmica alimenta su capacidad de entrever el porvenir. No se diga más, es una obra mayúscula que es visceral e intelectual a partes iguales… una joya enorme.

 

Juan Carlos Hidalgo

Juan Carlos Hidalgo

Embajador de Tuzolandia por el mundo. Su novela más reciente es 'Ya no más canciones de amor' (Ed. Gato Blanco). En Marvin, coordina las colecciones 'Rock para leer' y 'Tinta sonora'. Forma parte de la Red de Periodistas Musicales de Iberoamérica (REDPEM). Su libro más reciente se titula 'Una ópera egipcia', poemario a partir de un álbum de Los Planetas.

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