TXT :: Carlos Martin Schwab | FOT :: last.fm
Después de 16 años de carrera, la banda francesa decidió en Magma, su álbum más reciente, dejar un poco de lado de la ferocidad inicial del death metal y su alto nivel técnico en sus bases rítmica para pasar a un ámbito más oscuro, pesimista y de un sonido más sencillo (y más popular), con voces más melódicas, el cual les valió dos nominaciones a los Grammys 2017 y la decepción de sus fans más acérrimos.
Grabado con Roadrunner Records, este es un disco arriesgado y diferente, con ocho temas con todo el poder en la voz de Joe Duplantier, más 2 instrumentales.
La guitarra de Joe transita por las vías de la experimentación del pitch shift en el tema “Stranded” y en los armónicos del tema “Magma” -donde la combinación con su voz resulta en una atmósfera que transmite tristeza o relajación-; y es Mario Duplantier (batería) quien más sorprende en este disco: en “The Cell”, juega con la velocidad (tempo) de la canción de un modo brillante; los patrones de ritmo en “Pray” y en “Low Lands” son simplemente demoledores y la capacidad que tiene en los temas con más groove para atrapar la atención es de lo mejor.
El único momento bajo del disco está en los dos instrumentales, “Yellow Stone” y “Liberation”, que son obviables.
Es importante señalar que ninguno de sus discos tiene desperdicio, por lo que lo mejor es escuchar a estos franceses desde su primera grabación, Terra Incognita (2001), y empezar a apreciar los cambios que surgen en el estilo de la banda desde su penúltimo disco, L’enfant Sauvage (2012).
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