La afirmación la hace Jesús Zambrano, líder nacional del PRD, a raíz del anuncio que hizo Andrés Manuel: separarse de los perredistas para formar un nuevo partido, gracias a MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional).
La buena noticia es que cualquier cambio (y más en la vapuleada izquierda nacional) es bueno. La mala, que desde 2006 los políticos de esa corriente llevan planteando el cambio, la unidad y la cohesión. Nomás nada.
Que no hay crisis en el PRD, dice Zambrano… Alguien ábrale los ojos.
Eso sí, todo mundo respeta en la izquierda. Unos, la decisión del tabasqueño. Otros, el Estado de derecho y las instituciones con el objetivo de tener una relación cordial con Enrique Peña Nieto, presidente electo.
La izquierda (con el PRD, el PT y el Movimiento Ciudadano, además de MORENA) tiene que surgir como oposición este sexenio y como una opción real para las futuras elecciones.
Los liderazgos son limitados. El ahora ‘lonely boy’, Andrés Manuel, ya fue candidato presidencial un par de ocasiones, al parecer se aventará al ruedo una tercera vez. Marcelo Ebrard, quien representa una izquierda mucho menos radical, comienza apenas su carrera para postularse en 2018. Miguel Ángel Mancera, inicia el verdadero show.
¿Alguna otra figura que se les ocurra? ¿Juan Ramón de la Fuente? ¿O seguimos contando sólo con AMLO? Quienes congeniamos con las corrientes políticas más liberales, ¿a qué árbol nos arrimamos?
Lo mismo pasó con el movimiento #YoSoy132 que lucía como una opción para iniciar el cambio. Se desinfló, se desquebrajó y ahora cada quien con su cada cual. Así será muy difícil sacar del poder a aquellos que saben cómo operar quirúrgicamente la política mexicana: los priistas.
Insisto en que sólo un ciudadano, desmarcado (aunque no lejano) del ‘cochinero’ podría ganar la simpatía de la mayoría ciudadana harta de compra de votos, corrupción e intereses partidistas.
Si no están reparando su corazón perredista, los espero en Twitter:
@RodolfoZapata
