En ocasiones una portada puede aportar pistas para entender más a detalle a un proyecto… me parece que Kiasmos ofrecen una geografía sonoro imaginaria y es por ello que han colocado la escultura de su logotipo en un paraje de roca volcánica que bien pueden ser las islas Feroe de donde procede Janus Rasmussen o bien la Islandia natal de Ólafur Arnalds.
Sencillamente, es que en este II regresan al periplo de un rave emocional en el que la sutileza se mezcla con la posibilidad de bailar y en ese punto de equilibrio ofrecen una experiencia estética refinadísima que abraza y abrasa al espíritu.
Una década tardaron en hacer un segundo disco y apenas si dan explicaciones; Ólafur se ha consagrado, mientras tanto, como una figura de ese punto de encuentro entre el minimalismo, la electrónica y la música clásica actual; y Janus es un acompañante perfecto para esta electrónica sinestésica y más intensa.
Todo está tan minuciosamente concebido que los temas terminan por llamarse únicamente “Burst”, “Dazed” y “Sailed”, que es probablemente la mejor entre una entrega de 11 piezas instrumentales que exhalan belleza por doquier y que son altamente evocativas.
A la hora de apreciar lo que hacen Kiasmos habremos de remontarnos a las hechuras de Apparat, Jon Hopkins y a los pasajes instrumentales de Sigur Ros y James Blake -¡pura exquisitez musical!-. Este binomio nórdico nos hace sentir que esos 10 años transcurridos son apenas un instante y que la eternidad está contenida en cada una de sus creaciones.
Ólafur y Janus han contado que no se inspiraron en algún lugar concreto para componer, pero cierto es que también hicieron un viaje a Bali y que aquel lugar paradisiaco dejó su impronta, mediante algunas grabaciones de campo y percusiones gamelán; la sensación es de gran calidez a la hora de atravesar entre secuencias, beats muy precisos y hasta algún piano fugitivo, como ocurre en “Sworn”.
De este II, quizá los momentos más upbeat estén en la ya mencionada “Sailed”, pero también en “Bound”, que acelera en la parte rítmica, mientras deja que los sintetizadores cósmicos hagan lo suyo.
Kiasmos se tomó su tiempo para ir fraguando este álbum sin prisas y con mucha conciencia; todo calculado, todo puesto en marcha con precisión e inspiración, tal como ocurre con la sección de cuerdas SinfoniaNord, una entidad que es parte de la Orquesta Sinfónica del Norte de Islandia.
Janus Rasmussen y Ólafur Arnalds –Kiasmos– vuelcan en II sus coincidencias y divergencias; juntos son mucho más que sus individualidades… tienen al arte de su parte para crear su propio territorio sonoro y a través de él intrigarnos y fascinarnos a partes iguales.
¡Vaya deliciosa experiencia la de la escucha completa de esta magna obra!
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