En una reciente entrevista con Harper’s Bazaar U.K., la nominada al Oscar dijo que interpretar a un objeto de deseo como Elizabeth Swann a una edad tan temprana la dejó sintiéndose “estancada” y “restringida” en la industria. “Tuve una gran entrada en la vida adulta, un aterrizaje extremo debido a la experiencia de la fama a una edad muy temprana”, dijo.
“Hay un lugar divertido donde las mujeres deben sentarse en público, y nunca me sentí cómoda con eso. Fue una gran sacudida. [Elizabeth Swann] era el objeto de lujuria de todos. No es que ella no tenga mucha lucha en ella. Pero fue interesante pasar de ser realmente tomboyish a proyectarme como todo lo contrario. Me sentí muy limitada. Me sentí muy atorada. Entonces, los roles posteriores fueron sobre tratar de salir de eso… No tenía idea de cómo articularlo. Se sentía como si estuviera enjaulada en algo que no entendía”, explicó Keira Knightley.
Knightley protagonizó dos películas más de Piratas del Caribe, Dead man’s chest y At world’s end, pero también trató de contrarrestar esto con proyectos de prestigio como Pride and prejudice (2005) y Atonement (2007), lo que la valió una nominación al Oscar por mejor actriz con tan sólo 20 años de edad.
“Fui increíblemente dura conmigo misma. Nunca fui lo suficientemente buena. Yo estaba completamente decidida. Era tan ambiciosa. Estaba tan motivada. Siempre estaba tratando de mejorar y mejorar, lo cual es una forma agotadora de vivir tu vida. Agotador. Estoy asombrada de mi yo de 22 años de edad, porque me gustaría tener un poco más de ella. Y sólo al no ser así fue que me di cuenta de lo extraordinario que fue. Pero tiene un costo”, explicó
Cuando se le preguntó cuál es exactamente ese costo, Keira Knightley respondió: “explotar”.