Cultura Pop

John Lennon y sus ‘Mind games’: Un ejercicio de resucitación en alta fidelidad

303,250
john-lennon-mind-games-the-ultimate-collection-2023

Estamos ante un artista cuya intimidad resulta atractiva debido a que en su andar encontró compases con vivencias personales sin jamás dejar de ser sincero. En este sentido, es el suyo un cancionero donde la vulnerabilidad se impone, y es justamente allí donde uno busca reflejo, hallar el perfil en el claroscuro. Escucharle es conocerle, y conocerse a uno mismo. Es John Lennon

Para 1973, el ex beatle buscaba marcar raya respecto a la carga política de su temario (omnipresente a lo largo del álbum que lanzó un año antes, Some time in New York city) y recién se había hecho de un departamento en el edificio neoyorquino Dakota, en West 72nd Street, dominando, desde su habitación compartida con Yoko Ono, la vista del Central Park. Entonces la japonesa sufría debido a que su hija Kyoko había sido secuestrada por su padre, Tony Cox; al tiempo, Lennon continuaba protagonizando una batalla contra su deportación de suelo estadounidense.

Sin embargo, más allá de lo dicho, la pareja padecía una crisis marital pronunciada que terminaría con la escapada de Lennon del hogar. El músico se mudaría a Los Ángeles en septiembre, y durante año y medio pasaría de dormir en sofás a instalarse en una mansión en Bel Air con su asistente y amante, May Pang. Viviría allá un retiro etílico en el cual se dedicaría con fruición a la parranda, básicamente con Harry Nilson. En esos días la naves, como el propio John contó en cierta carta, habían sido quemadas por Ono debido, al parecer, a asuntos de infidelidad. No había manera de volver a esa tierra donde, apenas unos meses atrás, bastaba imaginar para volver los sueños realidad.

john lennon mind games the ultimate collection 2023 3
John Lennon en 1973, en casa de Lou Adler

Es dentro de este caótico marco que el inglés le da forma a Mind games. Una docena de composiciones levantada, claro, con el talento de John, pero también con la ayuda de la guitarra de David Spinozza, el bajo de Gordon Edwards, la batería de Jim Keltner, los pianos y órganos de Ken Ascher y la pedal steel guitar de Sneaky Pete Kleinlow. El nombre del combo: The Plastic U.F.Ono Band. Las grabaciones del disco tuvieron lugar entre julio y agosto de 1973 en los estudios Record Plant (Nueva York), cuando el de “Revolution” ansiaba volver a la cima de las listas de éxitos tras el fracaso comercial de su obra previa. Así, escribió las canciones que incluiría Mind games en unos cuantos días y, en un osado movimiento, se atrevió a hacer de lado los favores de Phil Spector para él mismo encargarse de la producción. El contexto era inédito en varios sentidos. De alguna manera John se hallaba solo, como nunca en los últimos veinte años.

Bajo el consentimiento de Yoko, hoy día se pone bajo la luz Mind games. The ultimate collection. Una prolongada sesión de buceo por los arrecifes de un álbum que, a más de cincuenta años de su aparición, refulge gracias al visionario toque de uno de los hijos del mismo John, Sean Ono Lennon, quien supervisó la producción y la dirección creativa del trabajo con el mismo equipo que hizo posibles las ultimate collections de Imagine y John Lennon/Plastic Ono Band (dos proezas que merecen aplausos). Además, se cuenta con el atinado toque en las perillas de Paul Hicks, Sam Gannon, Rob Stevens y Simon Hilton. Con esta cuadrilla detrás, el contenido de viejas grabaciones de casete, cintas de ¼ y cartuchos de videotape adquieren un brillo inusitado. Todo revive. John pega la comisuras al micrófono y cada frase alcanza nuevas posibilidades. El escenario es bien interesante: Yoko, esa montaña que detrás del músico se perfila, queda atrás, entre lunas brillantes y nubes nueves; sobre el pastizal, John posa mirando otros horizontes.

john lennon mind games the ultimate collection 2023 4
John Lennon / Mind games. The ultimate collection / Calderstone Productions Limited (a division of Universal Music Group), Lenono Music, 2024.

Quienes hayan puesto los oídos en los ejercicios hechos recientemente por Ono y su equipo alrededor de los álbumes editados por Lennon en 1970 y 1971 sabe a lo que se atiene con esta redimensión de Mind games. Además del Ultimate mix, donde la mano de Sean se asoma dadivosa a primera escucha, se adhieren los clásicos Elements mixes (para resaltar ciertos instrumentos que quedaron ocultos en la mezcla original), los Raw studio mixes (donde la Plastic U.Fono Band se luce en estado cutre, sin filtros de ninguna especie) las Out-takes (tomas alternas de cada composición) y los Evolution documentaries (donde se sabe de elocuente modo el progreso de cada tema, considerando demos, tomas descartadas, ensayos, charlas en el estudio y una sesuda exploración de los tracks que conforman cada canción). A todo esto se adhiere un nuevo concepto: los Elemental mixes, práctica de descarte de ciertos instrumentos de la mezcla original, la batería siempre por delante, para colocar la voz en primer plano. Agreguemos luego un impecable audio, con calidad de estudio de 192 kHz/24 bits en estéreo y con mezclas envolventes 5.1 Surround y Dolby Atmos. Un lujo.

Parecería un armatoste para enajenados, para fans sin remedio que buscan rizar el rizo. Sin embargo no es así. Se trata de un trabajo necesario para comprender con cabalidad esas cajas del tiempo llamadas álbumes, un trabajo que debería erigirse como ejemplo para muchos otros. Porque los discos que importan se asoman como fragmentos de la vida de un artista donde se decantan frustraciones y anhelos, dolor e inspiración. Hablamos de esas viejas rodajas de sonido donde los creadores solían vaciarse sin miedo, ya se dijo, de lucir vulnerables. Mind games es reducto de un momento de vida donde su autor experimentaba el estremecimiento a cada respiro. Poner al día, con fineza y contundencia, tal grado de emociones no es tarea simple; escuchar los resultados significa azorarse. Estamos ante un trabajo de dimensiones monumentales, acaso equiparable con lo hecho por Peter Jackson y su Get back. Todo un ejercicio de resucitación en alta fidelidad. Y para no dudarlo basta echarle una mirada a la limitadísima edición Super deluxe, un cubo inmenso de 13 pulgadas pleno de acertijos y aristas exquisitas. El juego mental definitivo.

El legado de John Lennon, una vez que Yoko decidió entregarle las riendas del negocio a su hijo Sean, está en buenas manos.

*También te puede interesar: Alejandro Zambra: “La música es la forma perfecta de conocimiento”

Alejandro González Castillo

Alejandro González Castillo

Periodista, y escritor también (porque parece que no es lo mismo). Cruza párrafos con compases. Le gustan las olas, leer y chelear chachareando; además de escuchar discos dejando salir el humo por los ojos.

Auditorio BB