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Iván García y los yonkis: Desayuno en el bar… con Whisky y anfetas

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Ambulante 2024

“Vendrá la muerte y vendrá por los dos, impactados en algún paredón y una luna azul iluminará nuestros cuerpos tan serenos”, canta el poblano Iván García en una de las 13 canciones que conforman Ciudad Soledad, el quinto álbum que ha registrado (además del laureado Sal Paraíso en plan solista).

TXT:: Juan Carlos Hidalgo

Ha rebasado ya los 10 años de carrera y se ha consolidado como uno de los mejores letristas del rock nacional a través de una obra que se nutre por igual de poesía que de cultura pop -cada vez más vintage-, como el rock al que ha recurrido para dar un giro al sonido de la banda, antaño cercano a lo gótico.

Conversé con un músico totalmente convencido de sus creencias y el perfil que guarda ante el oficio y sus seguidores. Saben que venera a Johnny Cash y Loquillo, que le gustan las baladas embriagadas de noche y alcohol y que puede danzar con elegancia entre el folk y el country electrificados.

No son pocas las aristas para entrarle a Ciudad Soledad, probablemente el mejor disco en su carrera al analizarlo completo, ya que además ha decidido venderlo a través de Mercado Libre por un buen tramo antes de llegar a plataformas. Se trata de un aferrado a la independencia y que no teme: “importunar a la gente de oscuro antifaz”.

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Al concluir varias vueltas al disco me parece que cada vez está más presente la figura de Bob Dylan, pero no tanto en las inflexiones vocales -que las hay- sino en el ejemplo de transitar con libertad entera entre géneros y estructuras. ¿Tuviste en cuenta al de Duluth mientras componías?

Cuando comenzó mi carrera en la composición (a los 15 años), mi sonido estaba influenciado por Zimmerman, con el tiempo me fui enamorando de los sonidos ochenteros y mi música se relacionaba con Morrissey o Robert Smith. Pero a pesar de eso, siempre sentí que mi manera de concebir la canción tiende más a los bardos del sur de los estados unidos; Siempre fui un folki muy darki…

Mientras escribo esto recibo la noticia que Dylan ha vendido todas sus canciones a Universal ¿Presagio de tiempos oscuros?

En “Sarcófago” se menciona una frase que cita a Carlos Varela y Nacho Vegas. ¿Se trata de una vasta franja que te representa a la hora de hacer canción?

Aunque son dos autores a los cuales admiro en demasía, la cita en este caso tiende más a lo anecdótico. Me gusta que la gente imagine situaciones peculiares con personajes populares.

En este mismo tema aparecen los gatos rockabilly; siento que se trata de una figura que trae una carga de nostalgia. ¿te lo parece a ti también? ¿Nos estamos volviendo nostálgicos los rockeros? Y es que en “Cenicero” también están presentes una chamarra de cuero y unas Ray-ban.

Mi lírica siempre se ha tratado de la nostalgia, porque todas las imágenes que me alimentan proceden del pasado. Cine ochentero, copetes engominados, canciones de amor, cafeterías al costado de carreteras, cantinas, literatura beat. ¿Cómo no ser nostálgicos si actualmente nos hemos quedado sin conciertos, sin cines, sin besos en los baños de algún foro underground?

Bob Dylan vendió todo su catálogo existente de canciones a Universal Music

Dicen que los roqueros que odian el reguetón ya pasaron de moda. Yo no lo odio, simplemente me da igual, como muchas modas que he vivido. Somos animales en vías de extinción.

En varias canciones se mezclan temáticas, pero una de ellas es el amor. ¿Se necesita valentía para enfrentar en la actualidad a una canción de amor? ¿Cómo darle la vuelta a los lugares comunes?

Las canciones de amor siempre han sido para los valientes. Pero aquellas escritas con sangre y alcohol. No a esas obras prefabricadas, frías y sin corazón que te recomienda el spotify.

Los lugares comunes se combaten con la pluma y el papel. Con el trabajo arduo de la escritura.

Desayuno en el bar, poemas para cenar…” encuentro que en este disco aparecen diversas formas de representar un estilo de vida con el que te identificas. ¿Cómo es que asumes ese tirón hacia la vida bohemia, por decirlo de algún modo?

La vida de maldito tiene que ver con tu consumo habitual de arte y de que gente te rodea y los lugares que frecuentas. Afortunadamente, Puebla es un lugar con una vida artística férrea. En tiempos pre-covid las cantinas del centro eran visitadas por músicos, poetas, artistas plásticos y todo el gremio de la ciudad.

Ahí están “Sarcófago”, “Whisky y anfetas” y “Gárgolas” que se vinculan con imágenes de lo gótico, pero se nota un esfuerzo narrativo para llevarlos a un nuevo contexto. ¿Se trató de un reto difícil de enfrentar?

Como te comentaba al principio de esta entrevista, yo vengo de diversos sonidos y estéticas. Lo más difícil es ignorar los prejuicios, propios y ajenos, sincerarse ante la hoja blanca es lo difícil; el objetivo es ser honesto con el papel.

“En casa” -una de las más dylanianas y cercana también a Belafonte Sensacional- es una pieza que luce una letra muy bien trabajada. Cuéntanos acerca de su proceso creativo, ¿cómo fue cancionar la cuarentena?

En Puebla hemos realizado algunas noches Dylanianas con algunos otros compositores de la ciudad. El objetivo es realizar versiones en Español de algunos clásicos del Genio de Minnesota, una de las piezas que me fueron imposibles fue “I want you”. Encerrado y aburrido por la cuarentena, decidí retomar esta labor. Empecé a jugar con el coro y brotaban las estrofas a manera de homenaje y expresando mi hastío ante este encierro obligado.

Notarás la cercanía con Belafonte debido a que Israel y yo provenimos de la misma escuela, y hemos de ser casi de la misma edad. Incluso hemos coincidido algunas veces.

Después de trabajar como solista, regresas con Los Yonkis; ¿cuáles son las principales aportaciones de la banda al sonido del álbum? Es más que notoria su aportación en “Gato”, por poner un ejemplo.

El álbum anterior se llamó Tormenta, el cual también grabamos juntos. Pero nos encontrábamos en plena transición de sonidos. Por lo que podrá parecer hasta un tanto experimental en la instrumentación de esa obra.

En esta nueva obra el estilo ya está más que amañado. Nunca hubiera sido logrado sin la dirección de mi hermano Carri, trabajó mucho más en su guitarra, así como en la producción de cada una de las piezas y como si no fuera bastante también hizo algunos bajos.

Eso sin olvidar la batería poderosa de Beto Montes y los bajos de mí carnal Jhu Camero.

Es la obra dónde Los Yonkis estamos más comunicados y afianzados. Un logro enorme que sigamos produciendo este tipo de trabajos desde la autogestión. Eternamente agradecido por tener a estos grandes amigos trabajando a mi lado y a un hermano galopando a mi par.

Tampoco se hubiera logrado sin el refuerzo de los teclados de Rafa Ortiz y de Carlos Marrufo. Así como del apoyo ejecutivo de Sta. María Records y Sputnik Fanzine.

“Vendrá la muerte” nos remonta a aquellos poetas románticos -al estilo de Goethe-; ese final en pareja es un anhelo muy artístico. Se nota que sigues fascinado por esa combinación entre lo terrible y la belleza.

Es una de las canciones más sinceras de mi repertorio. Es una canción de amor puro, aunque destructivo. Actualmente lo llamarían tóxico, aunque para mi es poético. Será que crecí leyendo cosas como El Túnel o el Werther. O romantizando historias como la de Sid y Nancy.

Habrá una reedición corregida y aumentada de Los 100 discos esenciales del rock mexicano y han escogido Sal Paraíso. ¿Cuál es tu sentir acerca de este logro? 

Aún no conozco completa la lista de los discos incluidos, pero a sabiendas que la historia del rock mexa es riquísima, me siento honrado y feliz. Qué el Sal Paraíso haya sido elegido me da esperanza a que todavía se contempla la importancia de la lírica en la música contemporánea y sobretodo en el Rock and roll.

Juan Carlos Hidalgo

Juan Carlos Hidalgo

Embajador de Tuzolandia por el mundo. Su novela más reciente es 'Ya no más canciones de amor' (Ed. Gato Blanco). En Marvin, coordina las colecciones 'Rock para leer' y 'Tinta sonora'. Forma parte de la Red de Periodistas Musicales de Iberoamérica (REDPEM). Su libro más reciente se titula 'Una ópera egipcia', poemario a partir de un álbum de Los Planetas.

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