Pusieron el rock australiano en letras mayúsculas en la década de los años 80. Mayúsculas como su nombre, una vocal seguida de tres consonantes que venía con la etiqueta de léase In-excess. El sexteto integrado por los hermanos Andrew, Tim y Jon Farris, Kirk Pengilly, Garry Gary Beers y Michael Hutchence consolidó una carrera llena éxitos que tuvo como punto de quiebre su álbum Listen like thieves (1985), cuya celebración de 40 años, nos da la oportunidad de charlar con Kirk Pengilly.
¿Cómo recuerdas los días de la grabación Listen like thieves?
Tengo muy buenos recuerdos de cuando grabamos el álbum, era nuestro quinto disco, pero el primero que grabamos con Chris Thomas (The Beatles, Pink Floyd, Roxy Music). Fue todo un honor trabajar con una leyenda como él, no te voy a mentir, estábamos un poco nerviosos al principio, pero al final nos convertimos en una familia. Fueron días que disfrutamos mucho y al mismo tiempo vivimos momentos de aprendizaje y descubrimiento de lo que podíamos lograr como banda.

¿Fue Listen like thieves el álbum que les abrió las puertas a Estados Unidos y el resto del mundo?
Yo creo que sí, fue nuestro tercer disco editado oficialmente en los Estados Unidos, y el que incluía “What you need” que llegó al número 5 en las listas de popularidad. Fue algo enorme para nosotros porque nos puso justo en el camino donde queríamos estar.
Hay un video en particular de la época de Listen like thieves que me parece que refleja muy bien la esencia de Australia, me refiero a “Kiss the dirt”.
Por supuesto, el video lo filmamos en un lugar que se llama Salt Lake, una planicie enorme con altas temperaturas, mucho viento y polvo. Para el video fuimos a lugares muy distantes, por ejemplo Coober Pedy, que es un lugar donde las casas están bajo la superficie por lo caluroso del clima. Nos divertimos mucho y coincido contigo, es un lugar que representa mucho la esencia de Australia.
¿Cuál crees que fue la conexión entre Listen like thieves y Kick, el álbum que los llevó a lo más alto de la popularidad a nivel mundial?
La conexión no sólo con Kick sino también con el disco siguiente X (1990), que fue muy exitoso en Europa y en Sudamérica, con la producción nuevamente de Chris Thomas. Creo que nos ayudó a encontrar nuestro sonido y a establecer la forma de componer a partir del trabajo de Michael Hutchence y Andrew Farris. Hubo un momento en que las canciones y sobre todo los sencillos aparecieron de manera muy natural. Hay que tener una sensibilidad para darte cuenta de eso y aprovechar el momento, porque no es cuestión de fórmulas, sino de un estado de gracia.
Fueron parte de un momento muy importante para el rock australiano en los años 80, junto a ustedes estaban Men at Work, Icehouse y The Church. ¿Cuál crees que era la marca que identificaba a esa generación?
Fuimos parte de una generación que crecimos en algo que se conocía como the pub scene, grupos que tocaban en bares muy pequeños en Sidney, donde todos los lugares tenían bandas en vivo. Eso generó que los grupos buscaran sonar diferente a los demás. Fueron años muy vibrantes en Australia, donde hubo mucha creatividad y originalidad. Además de todo esto, los músicos se volvieron cada vez más diestros, imagínate, teníamos que tocar muchas noches frente a públicos a veces muy complicados por la cantidad de alcohol que bebían. Fueron años divertidos y al mismo tiempo muy difíciles, porque tenías que ser verdaderamente bueno para salir bien librado de esas circunstancias. Eso hizo que muchas banda consiguieran tener un sonido muy original, que fue lo que llamó la atención a nivel internacional. Si te das cuenta, ninguna banda de las que mencionas sonaba igual.
En los años 80 se les consideraba una banda de new wave ¿cómo describirías esta etiqueta?
El new wave básicamente era ropa extravagante y grandes peinados. Por otra parte, era música que experimentaba con sintetizadores y que trataba de distanciarse del rock y del blues. En Estados Unidos acuñaron ese término porque se trataba de una nueva era llena de diferentes estilos de música. A nosotros nos metieron en esa caja, aunque no nos importaba mucho. A los periodistas les encantaba etiquetar a los grupos, en nuestro caso nunca pudieron etiquetarnos del todo, porque nuestra música siempre estaba en constante evolución. The swing (1984), el disco anterior a Listen like thieves era más electrónico, contrastaba con el sonido más rockero que tuvimos después. El hecho de que nos hayan llamado una banda de new wave fue una forma fácil de ponernos en un cierto género musical. Al final, creo que esa fue la aportación de la generación new wave, diversidad de estilos difíciles de clasificar.

Mencionaste la moda como parte fundamental de aquellos años, ustedes siempre fueron muy originales en ese aspecto.
Era algo muy costoso pero importante para una banda. En los 80 los músicos eran como una especie de dioses, con un poder tan fuerte que establecían y definían la moda a nivel mundial. A nosotros nos encantaba reflejar visualmente nuestra evolución musical, además que hacía más divertido nuestro proceso creativo. Si te das cuenta en nuestros discos, nunca repetimos peinados o estilos de ropa
Su primera visita a México en 1991 fue muy importante porque tuvimos muchos años de represión hacia el rock por parte del gobierno, ¿eran conscientes de esta situación?
Sí, por supuesto. Nos dijeron que éramos la primera banda internacional que tocaba en la Ciudad de México en un concierto masivo en muchos años. Nosotros llevábamos 6 años girando por Sudamérica, pero nunca veníamos a México por razones que no entendíamos. Aquella visita fue muy especial, nos sentimos muy orgullosos de haber abierto la puerta para que más gente viniera a tocar a México.
¿Por qué crees que el legado de los años 80 está más vivo que nunca?
Creo que mucha de la música actual viene de las computadoras, a comparación de los 80 donde mucha música se hacía con músicos interpretando sus propios instrumentos. Me parece que la música actual se ha homologado un poco por la falta del toque humano. Es increíble si te pones a pensarlo, porque han pasado 40 años, si lo comparas a los años 80 y te regresabas a los años 40, la música era el swing y Frank Sinatra, ese tipo de música ya no se escucha, pero la nuestra sí.
¿Cómo recuerdas a Michael Hutchence?
Más que un amigo, compañero de banda y músico, era un hermano para mí. Nos convertimos en una familia. Pienso en él todo el tiempo, lo extraño mucho. Era un hombre maravilloso, un extraordinario artista con un talento muy natural y auténtico. Cuando volteas a ver su legado, te das cuenta que no había alguien como él.
Por último, ¿eran conscientes de que llegaron a ser la banda más importante del mundo?
Creo que sí estábamos conscientes de eso. Es muy difícil cuantificar sí eres la banda más importante del mundo en cierto momento, pero en retrospectiva, nosotros girábamos y tocábamos en estadios llenos. Por otra parte, tuvimos 8 hits en el top ten de Estados Unidos de manera consecutiva. Me parece que tenemos argumentos para decir que llegamos a ser la banda más importante del mundo.
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