Lejos quedaron aquellos años de cultivar coliflores, ordeñar vacas y trasquilar borregos, nadie en su sano juicio se acuerda de Farmville, pero nadie en su sano juicio debería engancharse con Candy Crush.
El juego desarrollado por la empresa londinense King se coloca actualmente como el más popular, con 190 millones de usuarios acomodando dulces y tratando de acabar con la gelatina en sus más de 350 diferentes niveles.
Millones acceden a él a través de Facebook, el resto optó por descargar la aplicación gratuita. Increíblemente es un juego bastante rentable, pues aunque es gratis y no tiene publicidad, la empresa factura 633,000 dólares diarios.
De esta manera, King superaría en un año la cantidad de 231 millones dólares. Ojo, sólo con el dinero que los jugadores aportan por continuar avanzando niveles y comprando vidas.
¿Por qué es tan popular Candy Crush?
Yo lo resumiría así: back to the basics. El juego me recuerda la simpleza (más no sencillez) del Tetris. Acomodar coloridas piezas para eliminar líneas y figuras con tal de alcanzar un objetivo.
Candy Crush encaja en los ‘gamers’; llegar al último nivel representa un buen reto. Pero también funciona para los principiantes y para los que no son tan hábiles manejando un videojuego más complejo, digamos ‘Batman: Arkham City’.
Es muy popular “por la interacción social, que más bien es reto y comparación constante con tus amigos, y su curva de aprendizaje tan escalonada”, me dijo Hugo Juárez (@poketronik), integrante del equipo de Chilango.com, amante y especialista en videojuegos.
Si a esta fórmula de simpleza y competencia le sumamos la interacción a través de la popular red social Facebook -con más de 1000 millones de usuarios-, el resultado es una bomba mediática que llega hasta nuestras tías rogando por vidas en un mensaje directo.
De esos fenómenos que sólo se dan a través de internet.
Si no están atorados en el nivel 25, pidiendo una tarjeta de crédito o renegando porque tiene cosas más interesantes qué hacer… los espero en Twitter: