Hace algunos años, cuando la Inteligencia Artificial apenas comenzaba a tomar fuerza, se liberó en YouTube la reacción de Hayao Miyazaki, fundador de Studio Ghibli, a una máquina de IA que puede animar imágenes. El trabajo generado por esta tecnología es la imagen de una criatura carnosa con aspecto monstruoso que se arrastra por el suelo y que ciertamente, luce horrible.
“Parece que está bailando”, dice el presentador con desesperación. “Se mueve usando su cabeza. No siente ningún dolor y no tiene idea de cómo proteger su cabeza. La utiliza como una pierna. Este movimiento es tan espeluznante y podría aplicarse a un videojuego de zombies. La Inteligencia Artificial podría darnos movimientos grotescos que los humanos no podemos imaginar”, agrega.
Aunque no está claro con que objetivo este presentador decidió mostrarle el video a uno de los mejores animadores de todos los tiempos, es un hecho que Miyazaki no está para nada impresionado e incluso, se podría decir que está molesto. Se toma un momento para aterrizar sus pensamientos y luego procede a compartir su opinión sobre los creadores de IA.
“Todas las mañanas, no en los últimos días, veo a mi amigo que tiene una discapacidad. Es muy difícil para él siquiera chocar los cinco; su brazo con músculos rígidos no puede alcanzar mi mano. Ahora, pensando en él, no puedo ver esto y encontrarlo interesante. Quien crea estas cosas no tiene idea de lo que es el dolor”, señaló Hayao Miyazaki.
Un silencio incómodo se acumula en la habitación antes de que Miyazaki agregue: “Estoy completamente disgustado. Si realmente quieres hacer cosas espeluznantes, puedes seguir adelante y hacerlo, pero nunca desearía incorporar esta tecnología en mi trabajo. Siento firmemente que esto es un insulto a la vida misma”.
En un desesperado intento por justificarse, el presentador dice: “Este es sólo nuestro experimento. No pretendemos hacer nada mostrándolo al mundo”. Cuando Suziki, el productor de Studio Ghibli, le pregunta al grupo cuál es su objetivo, uno responde: “Queremos construir una máquina que pueda hacer dibujos como los humanos”.
Evidentemente, la máquina apenas era capaz de animar a una criatura parecida a un humano, lo que provocó el desdén de Hayao Miyazaki. “Siento que nos estamos acercando al final de los tiempos. Los humanos estamos perdiendo la fe en nosotros mismos”, concluyó el reconocido animador.