Nacida en Buenos Aires durante 1957, Graciela Speranza es catedrática, narradora y crítica, que cuenta entre su obra con dos libros muy relevantes: Fuera de campo. Literatura y arte argentinos después de Duchamp y Atlas portátil de América Latina y ahora prosigue con su presencia en la Colección Argumentos de la editorial española Anagrama con un nuevo libro.
Lo que no vemos, lo que el arte ve, publicado este año, es descrito como: “una sagaz reflexión sobre el arte y su función en tiempos de pandemia, confinamiento, crisis climática y manipulación de la verdad” de parte de quien fuera también profesora en las universidades norteamericanas de Columbia y Cornell.
Graciela Speranza pretendía centrarse en su labor ensayística en dos temas: la crisis ambiental y el mundo digitalmente administrado, pero luego la pandemia del coiv-19 le hizo voltear también hacia la comunicación virtual, el control y la vigilancia; un proceso muy evidente en las ciudades casi desiertas durante la parte más dura de la cuarentena.
Para responder a la pregunta: ¿Puede el arte ver lo que no vemos?, la autora se ha propuesto revisar las acciones y propuestas de otros creadores: “de la montaña de abetos que Agnes Denes plantó en Finlandia y los conciertos aracnocósmicos de Tomás Saraceno a las novelas fragmentarias de Olga Tokarczuk y Jenny Offill y los ensayos breves de Karl Ove Knåusgard, de la telefotografía de Trevor Paglen y los vídeos de Hito Steyerl a las reconstrucciones agudas de Forensic Architecture o Agustín Fernandez Mallo, el arte y la literatura desvelan, recomponen, reconstruyen y, en el intento, renuevan sus medios”.
Se trata de un libro del que se dice que es: “una sagaz reflexión sobre el mundo contemporáneo y el sentido del arte de hoy”, así que su lectura es de una vigencia inapelable.
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