Bohemian Rhapsody llega a los Oscar con cinco nominaciones y nadie parece recordar los días de Freddie Mercury con Montserrat Caballé. Será porque “si no está en la película, no existió”
TXT :: Alejandro Acevedo
En 1983 Freddie Mercury vio a Montserrat Caballé protagonizando Un baile de máscaras (Giuseppe Verdi). El escenario fue la Royal Opera House y Freddie se obsesionó con la Reina del Bel Canto… A tal grado, que a Freddie se le volvió costumbre mandar a sus representantes a hablar con “Montsy” para que ambos se echaran un “palomazo”. Finalmente, la barcelonesa accedió y en 1987 se conocieron. “Gracias a mí -se jactaba el súper astro- Montsy se ha vuelto roquera”.
Del palomazo devino un álbum de ocho canciones que se forjaron entre 1986 y 1988 (el letrista Tim Rice, el bajista John Deacon de Queen, y el productor y arreglista Mike Moran están entre los colaboradores de este álbum), y las piezas (“Barcelona”, “Golden Boy”, “Overture Piccante”…) se fueron dando a conocer en -por ejemplo- el Club Ku, de Ibiza (1987) y el festival La Nit, de Barcelona (1988).
De “difficile donna” Montsy tenía fama. En su libro Entrevistas, por ejemplo, Rosa Montero ha contado cómo fue tratada por una “agresiva, cortante, altiva, arbitraria y glacial” Caballé. “La ceja altiva, el paso agobiado, el morro enfurruñado, la mano gordezuela azotando el aire con irritado gesto…”, escribe la periodista del diario El país.
Sin embargo, Caballé siempre fue la dulce, consoladora y maternal confidente de Freddie quien, desde su “regio” pedestal, le rendía incondicional pleitesía a una Montsy que interpretó “Barcelona” en los Juegos Olímpicos de 1992 rodeada de fotografías espectaculares y videos de Mercury, es decir, sin la presencia física del líder de Queen que un año antes había muerto de SIDA, enfermedad -entonces tabú- de la que Caballé siempre fue puesta al tanto por el mismo Freddie.
La de Freddie y Montsy fue -como la de Michael Jackson y Diana Ross- una relación excepcional. Una de esas relaciones en las que un súper astro escoge por madre adoptiva a una superestrella… Ahora, Montserrat Caballé (1933-2018) fue al encuentro de Freddie Mercury, que con unas enormes alas ya le dio una celestial bienvenida.
GOD SAVE THE QUEEN.
