Dylan Sizemore, Josh Menashe, Shaughnessy Starr y Nikki Pickle residen en Los Ángeles y se dicen ansiosos por presentarse en la CDMX en el MonkeyBee Festival (18 de diciembre, en Sangriento). Es la última, encargada del bajo en Frankie and The Witch Fingers, quien toma la voz para soltarse hablando de rock and roll, bestias psicodélicas y… ¡brujería!
TXT:: Alejandro González Castillo / FOT:: David Fearn
Monsters eating people eating monsters. El título de su álbum más reciente es un buen retrato de los tiempos actuales, días caníbales.
Totalmente. El título se me ocurrió a mí, aunque nunca imaginé que terminaría en uno de nuestros discos. Una vez estábamos Dylan y yo poniéndonos psicodélicos y mientras observaba el techo de la casa me pareció ver a unos monstruos comiendo gente. Intenté contárselo a Dylan, describirle lo que veía; “oye, qué interesante, lo que hay en el techo y que jamás habíamos notado”. Al final el nombre del disco describe muy bien la música que contiene el álbum. Si lo escuchas de corrido notas cómo cada canción se va a comiendo a la que le sigue.
Afortunadamente no te espantaste al ver esos monstruos, fue un viaje seguro.
Para nada me espanté. En realidad estuvo bonito. Sí, todo bajo control.
Nikki, ¿cuándo te apañó del cuello el monstruo del rock and roll para ya no soltarte?
La primera vez que me presenté en vivo. O sea, nunca creí que haría música, pensaba ser artista gráfica, pero un día un amigo me enseñó cómo poner notas en el bajo y apenas tomé ese instrumento el rock and roll me apañó para no dejarme ir jamás. En ese mismo mes ya estaba tocando con Frankie and The Witch Fingers. Nunca paré.
Oye, y aludiendo al nombre de la banda, ¿crees en la brujería?
Yo misma soy una bruja. Y claro, practico la brujería. Siempre he creído en lo paranormal. En las energías que se manifiestan. Hacer música, hacer rock and roll, es una manifestación de la brujería, eso creo. Cuando tomé el control en mi vida, cuando supe lo que en realidad quería hacer y decir, entonces empecé a tocar, a salir de gira. Y tener claridad respecto a lo que quería hacer con mi vida fue una especie de hechizo para mí, porque además de conocer a la gente con la que estoy hoy día, hice de lado a otras personas que no necesitaba más. Y como te decía, practico la brujería con otros brujos y brujas. Hace poco en Denver conocimos una bruja que nos arrojó un hechizo con tal de darle poder a la banda. No sé, siempre termino relacionándome con otras brujas, sin remedio, adonde sea que vaya.
Ahora que vengan a México debes visitar Catemaco, vas a pasarla bien ahí.
¿Sí?, recordaré el nombre del lugar; ¿está cerca de la CDMX? La verdad es que ya quiero estar allí, en el MonkeyBee. Bailando y cantando. Recibiendo energía, electricidad. ¡Ya quiero buscar brujas por allá!
