El músico francés Erik Satie vivió entre 1886 y 1925, y el aprecio por su trabajo vino hasta años después de su muerte y hoy día se le reconoce como un precursor del impresionismo y alguien que entrevió las posibilidades tanto del serialismo como del minimalismo. Entre más tiempo pasa, se aquilatan en su justa medida sus aportaciones.
TXT:: Juan Carlos Hidalgo
Es así que este año, el prestigiado sello de música clásica Deutsche Grammophon escogió su obra para que fuera procesada por artistas que ellos consideran muy innovadores y visionarios, y provocar un punto de encuentro entre el pasado y el presente. Es así como la disquera una vez más demuestra su amplitud de miras.
Una exquisita serie de recreaciones comienza precisamente con Fragments-Satie, que por supuesto tenía que incluir tratamientos a las Gymopédies, una de sus series más conocidas de Erik Satie y cuya composición número 1 está a cargo del alemán Dominik Eulberg, mientras que la tercera de la serie aparece en dos versiones distintas: una a cargo de Henrik Schwartz y otra hecha por Phanta Du Prince, que recurre al uso de campanas que tanto identifica su trabajo.
La otra serie famosa también presente es la de Gnossienne; la pieza No. 1 es revisada por Grandbrothers, el francés Kid Francescoli y Monolink, un alemán en estado de gracia y que puede ir de ambientes espaciales a ritmos propios de un rave -claro, que aquí se contiene-. Mientras que la No 5. corrió a cargo de French 79.
Fragments: Erik Satie se conforma en total por 12 recreaciones o reworks en los que predominan el dowtempo, un poquito de ambient, pero sobre todo mucha elegancia y solvencia. Hay amor y respeto por el músico homenajeado y aunque su repertorio se actualiza, de lo que se trata es de seguir engrandeciendo su legado e influencia. Un disco que ofrece una exquisita experiencia sensible.
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