Nadie corra despavorido, no se trata de zombis con ganas de morderlos, o de un raro virus que acabará poco a poco con los habitantes de la Ciudad de México…
Lamentablemente es algo más real: el asesinato de activistas, periodistas y defensores de los derechos humanos en México. Nepomuceno Moreno y Marisela Escobedo lucharon hasta el cansancio para que se investigara y se castigara el homicidio de sus respectivos hijos, Jorge Mario y Marisol… Hoy ambos padres de familia están muertos.
Como están las cosas, no sabemos (menos las autoridades de procuración de justicia) si fueron amenazados y asesinados por el crimen organizado o por policías y funcionarios que tenían mucha cola para pisar.
Ahora Norma Andrade, de la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa (que se ha encargado de investigar asesinatos de jovencitas en Ciudad Juárez, Chihuahua), se recupera de cinco impactos de bala…
Autoridades dicen que fue un intento de asalto. Ella desmiente y jura que fue un atentado en su contra. Una de sus hijas, Lilia Alejandra fue asesinada en 2001; la otra, Malú, está refugiada en la Ciudad de México por diversas amenazas en su contra…
Ahí mismo en la frontera, Susana Chávez fue ultimada. A ella se le atribuye la frase “ni una más”, para referirse al feminicidio y Las Muertas de Juárez.
La actriz Julia Marichal, quien colaboraba en el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, también fue asesinada. A la lista podemos agregar a los activistas en favor de los derechos humanos, a los comunicadores y a los periodistas, como Marcela Yarce y Rocío Gonzáles…
Basta de “daños colaterales”, de argumentos sin sentido. Todos los antes mencionados no pasaban por ahí, ni estuvieron en el momento y el lugar inadecuados. Para nada. La mayoría fueron amenazados, y al final, exterminados.
Este martes el presidente Felipe Calderón preguntó con asombro por qué la sociedad mexicana no se involucra en la lucha contra el crimen organizado… Los que lo hicieron, fueron baleados; los otros lo harán cuando las instituciones de procuración de justicia sean confiables.
Si no están huyendo de las balas o haciendo chistes sobre Enrique “no leo, pero tengo un copete con gel” Peña Nieto, los espero en Twitter: @RodolfoZapata
