Guadalajara está a punto de vivir un momento que solo ocurre en los sueños más atrevidos: Descartes a Kant compartiendo escenario con la indomable St. Vincent. Este 31 de marzo, el C4 Concert House será testigo de una colisión entre dos universos musicales que desafían cualquier etiqueta.

Por un lado, Descartes a Kant, esa máquina sonora nacida en tierras tapatías, experta en convertir el caos en arte y el arte en caos. Hablar de ésta es referirse a una teatralidad visceral, a un performance que incomoda y un sonido que transita entre lo rabioso y lo sofisticado. Ha pisado escenarios en Islandia, Colombia, Dinamarca y más, pero ahora vuelve a su casa, renovada y lista para demostrar por qué es una de las bandas más intensas de la escena local.
Por el otro está St. Vincent, la reina del art-rock contemporáneo. Annie Clark no necesita presentación; su presencia basta para electrificar cualquier espacio. Con una carrera construida sobre el riesgo, sus discos son manifiestos de reinvención constante, con guitarras afiladas y una visión estética que no se detiene ante nada. Su música, compleja y fascinante, ha sido la banda sonora de una generación que busca lo inesperado.
“Es un sueño hecho realidad”, comenta Sandrushka Petrova, líder de Descartes a Kant, sobre esta colaboración. “Admiramos profundamente a St. Vincent, sus discos han sido el soundtrack de nuestras vidas, y compartir escenario con ella en nuestra ciudad natal es algo simbólico, un momento que nunca olvidaremos”.
Este encuentro es más que un concierto: es un ritual sonoro. Descartes a Kant abrirá la noche con su característico despliegue de furia y poesía visual, dejando el escenario listo para que St. Vincent lleve al público por un viaje entre lo sublime y lo salvaje.
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