Sólo vivió 54 años (murió en 1974), pero Ed Wood no se quedó con cosas por hacer. Con 17 años combatió en la Segunda Guerra Mundial. Lo hirieron y recibió un Corazón Púrpura y una Estrella de Plata. Ya desde entonces, debajo del uniforme de soldado, usaba panties y bra, acto que lo llenaba de orgullo…
TXT :: Alejandro Acevedo
Realizó pocas y muy malas películas aunque sólo hasta después de su muerte fue llamado “El peor director de cine de todos los tiempos”, y sólo hasta entonces la fama lo catapultó al Olimpo.
En sus cintas se aprecia que no temía al ridículo porque no tenía noción de lo que era el gusto; ni el bueno ni el malo. Hoy, Ed Wood es una celebridad y nadie se atreve a juzgar su arte. Así lo “bien-entendieron” Tim Burton y Johnny Depp que nos regalaron a un magnífico Ed Wood cinematográfico.
Mil cosas hizo Ed Wood. Le escribió -por ejemplo- los discursos de campaña a Sam Yorty que en los años sesenta pretendía reelegirse como alcalde de Los Ángeles, California… En efecto, Ed Wood también supo esparcir tinta con la urgencia de quien trabaja para alcoholizarse, adquirir suéteres de angora y pagar el alquiler.
Entre 1970 y 1974 publicó una serie de cuentos y artículos (“No hay ateos en la tumba”, “El día que la momia regresó”, “La estrella del sexo”…) en revistas porno (Pendulum).
Más de 20 cuentos y artículos de Wood han sido hoy traducidos al español por la editorial argentina Caja Negra que en su catálogo ostenta títulos como Carsick de John Waters, Para una autopsia de la vida cotidiana de J. G. Ballard, La historia secreta del disco de Peter Shapiro y, por supuesto, La sangre se esparce rápidamente de Ed Wood.
Pero ¿son tan malos (como malas sus películas) los cuentos de Ed Wood que merezcan la pena ser leídos? Sí. También allí encontraremos vaqueras lesbianas, Dráculas recargados, travestis que lideran tribus indígenas…
Casi autobiográficas, las 270 páginas prologadas estupendamente por Bob Blackburn serán (como Plan 9 From Outer Space o Glen or Glenda) objetos de culto para los más exigentes “edwoodistas”.