Doña Calavera, banda oriunda de Tampico, ha grabado tres discos desde su creación a principios de 2012: Y la vi en el camposanto (2013), Doña Calavera (2017) y el reciente Sobrenatural. El quinteto (Edrian Luna, voz; Alfonso Pérez, guitarra líder; Juan Calavera, guitarra; Gerardo Vera, bajo; David Anton, batería) practica lo que han llamado rock funeral, la fusión del rock pesado de los setenta con la imaginería y conceptos de leyendas, mitos y tradiciones de nuestro país, volcados en la lírica de la banda: nahuales, bolas de fuego, la llorona, etcétera.
En la grabación de Sobrenatural contaron con otro vocalista (Herme Cuervo) quien sin duda da un matiz sí de heavy metal, pero también con ligeros coqueteos con el pop, e “Inmaculada”, la composición que inaugura el álbum, es una excelente muestra; un tema lento y pesado, pero al mismo tiempo elegante, embriagador y seductor, gracias la guitarra de Pérez y la voz de Cuervo. Así, el inicio es promisorio, pero el resto de los tracks no desmerecen.
Los teclados ayudan a construir atmósferas sobre las que el grupo teje una música muy atractiva y la lírica, efectivamente, habla de festividades del día de muertos (“Xantolo”), de apariciones como en “Por la carretera” (te apareces a los viajantes / inocentes errantes/ tu silueta seduce a todos los hombres / y con ellos viajas/ los conduces al infierno/ el final es mortal) y “Lo que en el templo se hace escuchar”, así como de viejas creencias (“Convertirme en nahual”).
Lástima que los tiempos no sean los más adecuados para la difusión de un género como el heavy metal clásico, de lo contrario Doña Calavera tendría justicia.
*También te puede interesar: Arhkota: Un paseo a través de delicados velos multicolores