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Dinosaur Jr: voltaje a domicilio vía streaming

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Ambulante 2024

La marquesina del Sinclair, en Cambridge, Massachusetts, seguramente luce apagada, fría; sin embargo, dentro del sitio, entre bestias con cubrebocas y pilas de amplificadores se encuentra bien calientito Dinosaur Jr, listo para presentar su álbum más reciente, Sweep it into space. Mientras, lejos del lugar, en todas partes del mundo exiliados de la tierra grunge se calzan los audífonos a la caza de un poco de voltaje.

TXT:: Alejandro González Castillo

Ocho en punto de la noche. Sábado 1 de mayo de 2021. J Mascis, Lou Barlow y Murph toman sus instrumentos. El primero, ya se sabe, encanecido e imperturbable, con una cerca de amplificadores custodiando su espalda y ataviado con una camiseta del mostro comegalletas; el siguiente, con una banda en la cabeza y también un buen puñado de bocinas detrás, todo un karateka punk; en medio de ambos, el baterista acomoda su banquillo y se soba la cabeza rapada para marcar el unodostrescuatro inicial y así la tanda de ruido arranque.dinosaur-jr-sweep-it-into-space-j-mascis-lou-barlow-murphApenas comienza el concierto, queda claro que hace falta sentir la patada de distorsión en la cara para disfrutar con plenitud; se necesita palpar el calor de las luces sobre el lomo y el aroma humano enrareciendo el aire. Sin embargo uno hace lo que puede, se las arregla para que la experiencia sea memorable. Porque en la pantalla, de J y los suyos ya se sabe lo que puede esperarse; exceptuando el dinamismo en escena del bajista, poco hay que ver. Incluso cuando arriban los solos de guitarra más hirientes, Mascis apenas arruga el gesto.

Se repasa el nuevo plato que el trío atesora entre manos, pero más allá del Sweep it into space se citan los clásicos de la banda (incluida su versión a un hit de The Cure). Dinosaur Jr habla poco; por ahí cuenta que se siente como en 1986, cuando tocaba para menos de 50 personas; de pronto anuncia que nos preparemos porque viene el encore. En realidad sólo comunica lo básico. Su trabajo es despachar ruido, finalmente. En el camino, apreciamos en HD los raspones de las guitarras de J, las contorsiones de Barlow y el temple de Murph tras tambores.dinosaur-jr-sweep-it-into-space-j-mascis-lou-barlow-murphTener al grupo bajo estas circunstancias, de encierro y nostalgia, así, de pronto, una noche de sábado ante la computadora, es como juntarse con los amigos para embriagarse vía Zoom. Descubres cuánto extrañas lo que entrañas. Y cuando sale una anécdota con la que todos se ríen, resulta inevitable soltar un suspiro y pensar, “uf, cómo ha pasado el tiempo”. A mí me ocurre con “Get me”. Y corro hacia el refrigerador para destapar otra cerveza y subirle un poco más al volumen. Al acabar el concierto, tras hora y media de jaloneo eléctrico, vuelvo a la realidad; la casa apagada y fría, como la marquesina del Sinclair.dinosaur-jr-sweep-it-into-space-j-mascis-lou-barlow-murph

Alejandro González Castillo

Alejandro González Castillo

Periodista, y escritor también (porque parece que no es lo mismo). Cruza párrafos con compases. Le gustan las olas, leer y chelear chachareando; además de escuchar discos dejando salir el humo por los ojos.

Auditorio BB