#SangreDeMetal

Devil´s Project: de la calma a la agresión en un chasquido

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Las razones por las que ciertas bandas cambian de integrantes, o por las que diversos músicos deambulan de una banda a otra son varios, pero hay cierta tendencia que hace que los errantes terminen por juntarse y comenzar nuevas aventuras. Tal es el caso de Devil’s Project, una banda que cuenta con el guitarrista Geocasta Harp y el baterista Alex Stormlord, ambos ex Sibelius y ex Abaddon (Geocasta grabó las guitarras en los dos discos de esta última), complementados por la voz de la también compositora Tania Shoung.

TXT:: Luis Jasso

La banda nació a mediados de 2021 y desde entonces ha trabajado para encontrar su sonido, su dirección musical y su lugar en el mundo del metal. Finalmente en este 2022 su labor ha cobrado vida con un primer sencillo, “The nameless”. La canción trata de un viaje a través de los diferentes estados de consciencia del ser humano, empezando por los momentos más oscuros y desesperantes de nuestras vidas que al final del día, para aquellos que estén dispuestos, terminan por llevarnos a una madurez espiritual.

Musicalmente el tema es una pieza de metal melódico que por momentos se codea con pasajes tipo prog metal. La voz de Tania lleva el concepto a otro lugar porque ella misma cambia entre voz limpia y gutural con la misma facilidad con la que se enciende o apaga un switch de la luz, y lo mejor es que esos cambios no se escuchan forzados. El juego musical principal es la interacción entre guitarra y batería. Hay momentos suaves que establecen una atmósfera calma y relajada y hay momentos más agresivos, con un buen riff y una batería más machacante que son las camas en las que Tania muestra sus estilos vocales.

Son cerca de cuatro minutos muy disfrutables, con un par de solos que muestran la experiencia de Geocasta. El primero es una combinación de pocas notas que se sienten como caricias o desdenes (según el ánimo) adornados por algunos trucos que además de mostrar dominio en el instrumento enriquecen la canción, y el segundo es mucho más dramático y caótico. Es una canción en la que cada nota complementa a la otra, se nota un trabajo bien planeado, una composición inteligente y de buen gusto que a medio camino ofrece un pequeño pasaje con cuerdas que agrega cierta nostalgia. En general es una pieza muy disfrutable que deja abierta la puerta para regresar a escuchar.

 

Staff

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